11. El tiempo del amor.

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Acabábamos de llegar al departamento, kyungsoo encendió las luces y todo en su persona lucia tranquilo sin en cambio en mí no lo era del todo pues sé que debo hablarle de ella, decirle sobre mi pasado y lo haré, pero vaya que este hermoso chico tiene la manía de sorprenderme, supongo es normal, tan sólo llevo conociéndolo una semana aunque quiera creer que llevo más. Ahora que lo pienso bien incluso el mismo tiempo es relativo para definir el saber sobre alguien pues tan sólo siete días han bastado para caer a sus pies, para no querer dejarlo ir, para desear quedarme.

...Se supone debería estar hablándole sobre Milla, más sin en cambio me encuentro correspondiéndole un beso robado, reclamando su boca, olvidando lo que debía hacer.

Todo de él está hecho a la perfección para mí y yo para él.

Sus labios se mueven acompasando los míos, devorándonos mientras caricias delicadas rozan la ropa de su cintura y de mis hombros, caminamos a pasos pequeños y lentos hacia el sillón.

¡Y Joder, dios sabe que pensamientos puros no son los que están ahora en mi cabeza!

No quiero parar, no puedo parar, lo deseo, lo quiero, lo añoro, poseer, dominar, amar... esos y más verbos innombrables deseo hacer junto a él...

Pero entonces, en el momento en que las lenguas rozan insistentemente tratando de encontrar en la boca ajena algún rincón en el que no hayan estado, el momento en que mis dedos tocan un poco de suave piel de sus caderas, el momento en que "mi pequeño yo" despierta y él lo roza a consciencia, en ese momento Kyungsoo me remeda con un "Bonne nuit!" sobre mis labios, dejándome solo en aquel sofá con frustración, dibujando una sonrisa en mi rostro para burlarme de mí mismo...

Esto Soo, esto, lo cobraré después...

...

El sábado por la mañana desperté con la ansiedad de una ducha fría, muy fría como la he estado necesitando desde que lo conozco, así que tomé una toalla y me dirigí al baño con algo de dificultad al caminar por una situación un tanto bochornosa entre mis piernas. Me posicioné bajo la regadera sin esperar que el agua se entibiase y traté de nublar mi sucia imaginación sonriéndole a la nada, avergonzándome de mi mismo por no poder controlarme. Al acabar de ducharme me sentí fresco y sujeté la toalla a mi cintura sin secarme mientras acababa de lavar mis dientes, riéndome nuevamente frente al empañado espejo porque no lo sé, tal vez a propósito había olvidado mi ropa.

Me paré frente a la puerta y suspiré, a pesar de todo sucumbiendo al deseo de que detrás de la madera estuviera él, pero no fue así. Caminé a paso despreocupado por el pasillo pasando por enfrente de su habitación, y justo cuando pensé que no lo vería, justo cuando giraba la manija de mi puerta, Kyungsoo salió llevando sus ojos a mi dirección y aun ante obvia acción hice mi cabello mojado hacia atrás, guiñándole un ojo mientras él se quedaba pasmado con la boca abierta y el cabello y la ropa de dormir alborotados. Le sonreí.

Soo, te dije que me la cobraría...

...

Cuando dejamos de jugar a ver quién provocaba más, ya sentado en mi cama bañado y vestido, hice nuevamente un recuento de mi ropa sucia recordando lo que Aina había mencionado acerca del día en que Soo lavaba ropa. Así que cuando el pequeño abrió mi puerta yo ya estaba listo.

-¡Jongin!- Desde el umbral me observaba.

-¿Si, Soo?- Mi faceta juguetona salió, y él se quedó prendado.

-Yo... yo iré a la lavandería y a hacer la compra um...- Miró a otro lado.- ¿Quieres que te traiga algo para desayunar?

-Me encantarías tu...-Me golpeé mentalmente.- ¿Qué te parece si vamos juntos a todo?- Me levanté junto a mi bolsa de ropa sucia.

Una noche de primavera en París [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora