8. Quédate...

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Después de uno de los mejores shows que haya visto, ahora me encontraba con la persona de mi afecto a mi espalda, aferrándose a mi cintura, hablando de cosas que no entendía del todo ya que su boca susurraba una mezcla de coreano y francés cuyo solvente era el alcohol.

No es que yo fuera el ebrio mejor comportado en el mundo, pero ciertamente tenía que mantener mis sentidos alertas si quería que ambos llegáramos a casa sanos y salvos, ya que después de despedirnos de Kyuhyun y Henry quienes prácticamente arrastraban a un saco de papas llamado Taemin, es como me encargaron a Kyungsoo, quien sin duda alguna era el borracho más lindo y tierno que haya visto, pero la verdad es que yo lo seguía prefiriendo sobrio aunque fuera frio y huraño, eso era parte de su esencia, así es como yo lo conocí, así es como caí por este pequeño.

Disfrutando de su agarre, el tiempo que pasaba a su lado era perfecto aunque a veces sintiera que pasaba demasiado rápido. Cada segundo era lo mejor.

Me encontraba a unos cuantos cientos de metros de la "gran casona", distancia que estaba acortandose más rápido de lo usual ya que no había nadie en aquella calmada y estrellada noche, solo él y yo envueltos en el ligero viento que despeinaba a los árboles y nuestros cabellos, iluminados por las sutiles farolas, en ese momento sólo nosotros existiamos.

Pero al llegar a la puerta principal se volvió algo complicado ya que Kyungsoo se había quedado dormido aferrándose a mí, y yo no sabía que hacer ya que ambos montábamos la bicicleta.

Era más de media noche cuando por fin pude subirnos a ambos al departamento, con un Soo colgándose de mí.

-¡Oye tú desgraciado!- Prácticamente me gritó a la cara mientras encendía las luces del salón.

-¿Qu...que pasa?- Lo miré.

-¿Por qué eres tan atractivo?- Me regaló una mirada sumamente brillante y se relamió los labios.

-Ahh... yo... yo no lo sé.- ¿Por qué me hacía esto?

-¿Qué sucede, no te gusto la noche que pasamos la otra vez? ¿O qué, acaso te gusta más el idiota de Taemin?

Jadeé recordando con lujo de detalle sin saber que responder, pero es que ¿qué se supone debía decirle?

-Kyungsoo, es... estas ebrio, no sabes lo que dices.- Lo sujete de la cintura cuando se soltó de mí.

-¡Suéltame!- Me dio un manotazo y se dejó caer sobre el sofá.

-Deberías ir a descansar, mañana tienes que trabajar, además tienes escuela.

Él murmuro algo incomprensible, aunque estoy seguro que más que querer decirme algo, me estaba remendando el pequeño desagradecido.

-Kyung... Vamos te llevo a la cama.

Él sonrió y yo morí.

-¡Llévame entonces!- Extendió los brazos cual bebé, haciendo un puchero como uno.

Mis piernas temblaron, no sabía cómo tomar todo esto, ni tampoco cómo actuar ante esa actitud que él se empeñaba en mantener, y no es que no me gustara pero simplemente no quería hacer algo de lo que él se pudiera arrepentir, y de lo cual yo tuviera que salir herido.

Al levantarlo del sofá él se abalanzo sobre mí, su equilibrio no era el mejor, pero algo me hacía sospechar que tal vez kyungsoo estaba muy consciente de lo que hacía y pasaba a su alrededor, ya que apegó su lindo y sonrojado rostro a mi torso.

Él estaba contra mi con las palmas extendidas sobre mi pecho mientras yo lo sujetaba de los brazos, sabía que si me daba una vez más aquella mirada, yo no podría resistirme... pero él no me dio nada. Algo lo hizo apartarse de mi y deshacerse de mi agarre para comenzar a caminar hacia su habitación tambaleándose, mientras yo iba tras él como un papá que va detrás de un pequeño que recién comienza a caminar.

Una noche de primavera en París [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora