Cuando miro al cielo, y no encuentro la Luna

Hola, Minene.

Hoy desperté feliz, como nunca despues de aquel martes 28, porque había soñado contigo.
Pero no me malinterpretes, no fue un lindo sueño como el tuyo, no hubo besos, ni caricias, ni promesas de amor eterno. Hubo odio, golpes, irá reprimida.

Me encontraba en casa con mi hermano que había regresado a casa después de su pequeño viaje de intelectuales, también estaba mi primo y mi ex novio, lo cuales para mi sorpresa estaban juntos, fue muy gracioso verlos enamorados. Y entonces llegaste tu. Acompañado de una chica hermosa, de esbelta figura y una piel tan hermosa de color oscuro; su maquillaje la hacía ver mayor y usaba unos tacones para estar a tu altura. Me miró tímida pues no sabía como reaccionaria al verla, pero le sonreí, porque ella no tenía la culpa de nada.

En cambio tu empezaste a hablar, a portare de forma cínica, irreconocible. Y había pasado toda mi semana ignorandote, diciéndome a mi misma que no valía la pena contestarte pues sólo haría lo que tu querias que hiciera. Pero en el sueño era diferente. En el sueño escupi todo, te grite, te reclame por la foto en la que me etiquetaste, celosa? No, desconcertada, el chico que conocía haría eso? Para hacerme sentir mal o algo parecido?

Llegué a empujarte, tu amiga en vez de ayudarte, me ayudó a mi. Y mi hermano en vez de golpearte te amenazó, porque no es la clase de persona que apoya una riña sin sentido.

Saqué todo, y desperté sonriendo. Al revisar mi celular tenía un mensaje de tu padre, ese hombre siempre me ha caído estupendo. Se preocupaba por mí, también Lía lo hizo.

Cuida lo que tienes amor, sé alguien mejor por ti y sólo por ti. Y el día que volvamos a vernos espero poder escuchar un lo siento de tus labios y ser esos amigos que nunca debíamos dejar de ser.

PD.
Escucharé la canción.

Y suerte en tu nueva escuela, ya no supe que si quedaste... Pero lo harás de maravilla.