Forget Him [Vkook] - PAUSADA

03. Regalo de Cumpleaños.

Durante toda aquella tarde, no pude mirar a mi hyung a los ojos. Mucho menos dirigirle la palabra. Incluso el resto lo notó. ¿Qué se suponía que debía hacer en un momento como aquel? Quiero decir, no podía ir y decirle "Hyung, ¿podrías ir a comprarnos unas bebidas?" como si nada. No podía ni siquiera saludarlo. Tampoco lo despedí cuando se marcharon finalizada la reunión, pese a que él sonreía como nunca.

Ahora estaba de vuelto tirado en la cama, la escena reproduciéndose una y otra vez en mi mente. ¿En verdad había ocurrido? ¿Mi hyung en verdad me había besado? ¿Y qué con esas palabras clichés? ¿"Te prometo que yo haré que te olvides de él"? ¿Acaso creía que esto era alguna clase de telenovela barata? No podía dejar de darle vueltas al asunto, y así fue durante la siguiente semana hasta que llegó el primero de septiembre. Mi cumpleaños. Y, por supuesto, mis hyungs habían organizado una gran fiesta para aquella noche. No es que no me gustase, de hecho, disfrutaba bastante de las celebraciones de este tipo. Es sólo que... Seguramente armarían un gran revuelo porque ahora cumplía veintiún años.

Me levanté y sacudí mi cabeza. Era inútil quedarme tirado en la cama. Hoy era mi cumpleaños y debería pasarlo como si fuese el último en vez de estar pensando en Jimin hyung y su esposa ni tampoco en V hyung y sus labios. Aunque se me hacía difícil. Me dirigí al baño y me miré en el espejo; parecía que cumpliese treinta años en vez de veintiuno. Supongo que el estrés hace envejecer a uno. Literalmente. Me di una ducha rápida y elegí lo primero que encontré para vestirme; una camiseta blanca, unos jeans, mis borcegos, una chaqueta de cuero negra y por último un gorro. Era otoño y si bien ahora el clima era agradable, por la noche refrescaría considerablemente. Todas estas precauciones las tomaba por culpa de Jin hyung, quien siempre me daba una reprimenda cuando no estaba correctamente abrigado. Salí fuera del edificio y comencé a caminar hacia el apartamento de Suga hyung, que quedaba a unas cuantas calles de la mía. Me puse los auriculares y comencé a tararear al ritmo de Inferiority Complex de Park Kyung, pateando las hojas que cubrían el camino.

Llegué al edificio de Suga hyung en cuestión de minutos y toqué el timbre un par de veces antes de escuchar el sonido que me permitía abrir la puerta. Entré y tomé el ascensor. Antes de que llegase a la entrada del departamento de mi hyung, Hoseok hyung salió y me dio un gran abrazo mientras cantaba el feliz cumpleaños una y otra vez. Reí y entramos a la sala donde había una gran decoración junto con los otros cinco chicos que comenzaron a exclamar y disparar confeti por doquier.

-¡Jungkookie! – gritó Jimin hyung, tomando mi cabeza y revolviendo mi cabello cual niño pequeño. Me quejé y lo aparté cariñosamente. Sentí una mirada penetrante sobre mí y cuando levanté la vista, me encontré con V hyung. Me miraba con una sonrisa ladina en sus labios, como si reprimiese la risa.

-Ah, nuestro pequeño Jungkook ya no es tan pequeño. – suspiró Namjoon hyung, pasando un brazo por encima de mis hombros. Todos rieron ante su comentario - ¿Qué?

-Dejó de ser un niño hace bastante tiempo, Namjoon. – le contestó Jin hyung, dándome unas palmadas en la espalda.

-Exactamente, hyung. Jungkook ahora está listo para nuevas experiencias. – dijo V hyung, su mirada aún pinchándome como millones de agujas. Sin embargo, nadie más parecía notarlo, así que simplemente echaron a reír nuevamente. La conversación fue interrumpida cuando Jimin hyung apareció con un paquete en sus manos, extendiéndolo hacia mí. Rompí el papel que lo envolvía, emocionado por saber qué me habían comprado; quise reír a la vez que arrojarles el regalo. Eran cinco remeras blancas lisas, sin ninguna clase de estampa.

-Gracias, hyungs, en verdad. – dije sosteniéndolas y haciendo una expresión de adoración, todos riendo. Seguramente la ocurrencia había sido de Jimin hyung. Una vez contó la cantidad de remeras blancas que tenía y desde entonces, es motivo de burla.