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Y así fue como comenzó lo que actualmente soy. Parezco un chico normal, de esos a los que el mundo le importa una mierda y al mundo le importo lo mismo, ese soy yo, Jonathan. Por la mañana un chico "normal" dentro de lo que cabe. Pero en ese momento en el que entro en mi
habitación, cierro la puerta, dejo las cosas y enciendo el ordenador, mi subconsciente cambia por completo. Mi cerebro se cambia por un microchip el cual está segundo a segundo procesando y cambiando información. En ese momento soy, DeathScript.

Yo no quería dejar las cosas así. Quería saber qué había hecho mi padre para merecer ese cruel acto. A la mañana siguiente me dirigí a los lugares donde había trabajado y no encontré ninguna respuesta. Cuando llegue a casa decidí buscar en Internet alguna información sobre mi padre.

Encontré algo muy curioso, dado que en las esquelas publicadas por los famosos periódicos como Washington Times o USA Today, comentaban la muerte de mi padre por causas como el suicidio. Al parecerme tan extraño decidí preguntar a mi madre o a mi tío y la respuesta sobre si habían publicado algo sobre mi padre fue negativa. Al seguir navegando en Internet encontré que la mayoría de periódicos eran controlados por el gobierno. Eso significaba que, ¿el gobierno no quiere dar información sobre la muerte de mi padre? Algo no encajaba. La única manera de saberlo era que me lo dijera el gobierno o descubrirlo por mí mismo.

El Gobierno Estadounidense realiza visitas con guía al Pentágono. Allí es donde se encuentra la información de todo el mundo. Pedí permiso a mi madre para poder ir y accedió. A la mañana siguiente me levante temprano, cogí mi ordenador portátil, metí en una mochila los bocadillos que mi madre me había preparado la noche anterior, cerré la puerta con sigilo y me fui a coger el autobús.

La parada estaba enfrente de mi casa. El viaje duró unos 30 minutos en los cuales yo estuve jugando al Five Nights at Freddy's en el móvil, llevo 1 semana sin parar de jugar. Al acabar el tiempo previsto llegué al centro de la ciudad.

Una vez que me baje del autobús no sabía dónde estaba. Me movía por las calles sin saber por dónde iba, menos mal que llevaba el móvil. Busque en Google Maps por donde ir y llegué en 5 minutos. Como era muy pronto decidí ir a una cafetería cercana a desayunar algo, me tomé un croissant y un café. Cuando acabé decidí irme a la puerta a esperar. Las visitas empezaban a las nueve. Solo faltaban 6 minutos. Una vez que abrieron pagué los 5 dolares que costaba y entregué mi D.N.I. Como no quería exponer mis verdaderos datos al gobierno el día anterior hice uno con Photoshop, lo imprimí y lo plastifiqué para que pareciera verdadero. El guardia de seguridad se lo tragó perfectamente.

Comenzamos la visita viendo las oficinas, luego subimos al tejado para ver el helipuerto y por último fuimos a ver los superordenadores o torres ATX, que es donde está almacenada toda la información. Al finalizar la visita, el guía hizo una ronda de preguntas por si había quedado alguna duda. En ese momento decidí escabullirme del grupo para poder observar mejor los servidores. Cogí mi disco duro de 5 TB, el cual me había regalado mi madre y decidí conectarlo a uno de los puertos HDMI a ver qué pasaba. A los dos segundos de haber conectado en disco duro estaba completamente lleno. No podía creérmelo, 5000 GE llenos en 2 segundos.
Mientras me estaba dando una vuelta por la sala pensando en que por que se había llenado así de rápido, vi un cubo de basura que estaba protegido. Le abrí y dentro había memorias externas de las torres. Abrí la mochila y me las llevé todas.

Cuando llegue a casa me encerré en la habitación. Empecé a conectar memoria por memoria a mi ordenador y a pasar la información de cada memoria a mi disco duro. Por suerte tengo un disco duro de 20000GB. Cuando terminé me metí dentro de la carpeta del ordenador donde había pasado todo, casi me da un paro cardíaco. Tenía a mi alcance todas, y repito, todas las informaciones que un hacker quería saber sobre gobierno. Contraseñas, planos, mapas, nombres, cuentas bancarias, IPs de ordenadores, datos, correos electrónicos...Todo.
Inmediatamente apagué el ordenador y reflexioné, no me lo podía creer.

Al día siguiente, después de desayunar, cuando mi madre y mi tío se fueron a trabajar, metí todas las memorias en una bolsa, salí al patio de atrás, cogí un martillo y empecé a triturar memoria por memoria. Una vez hecho esto, lo metí todo en una bolsa de basura y lo tire al contenedor. Después entré en casa y revisé todos los archivos, uno por uno, haber si encontraba algo sobre mi padre.

DeathScripDonde viven las historias. Descúbrelo ahora