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Young Bae se removió en la cama. Dormir se le hacía difícil, casi no lo hacía, de hecho. Sólo pensaba en él toda la noche. ¿Para qué seguir en esta vida si él no podía recordarle? Sentía que estaba atrapado en esta vida y era un martirio si él no estaba a su lado. ¿Es que acaso nunca podrían estar juntos? ¿Cuánto más tendría que esperarlo?

-Quizás debería dejar de esperarlo...

Miró por la ventana. Hace ya muchos siglos se lo había prometido, iba a esperarlo todas las vidas que fueran y siempre lo iba a amar. Pero ¿y si jamás coincidían? Quizás era hora de dejarlo ir para siempre.

Ding – Dong

Cerró los ojos girándose hacia la pared. Esperaba que su madre abriera, pero no escuchó suido alguno.

Ding – Dong. Ding- Dong.

Ding – Dong.

El ruido del timbre se le hizo insoportable así que se puso de pie rápidamente a regañadientes y salió su habitación. Bajó la escalera con pereza y miró el papel encima de la mesa que avisaba que su madre fue a ver a su tía enferma. Él suspiró y caminó hasta la puerta lentamente. Abrió la puerta mientras bostezaba y casi se queda ahogado con su propia respiración.

Seungri lucía cansado, su respiración era irregular y hasta sudado. Se apoyaba en el marco de la puerta mientras acariciaba su estómago. No podía creer lo que sus ojos veían. Le miró fijamente hasta que el menor inspiró con fuerza y le miró exhausto y con sus ojos temerosos.

-Lo siento... sigo llegando tarde...

Intentaba que su respiración volviera a la normalidad con su mano en el pecho. Young Bae sintió su corazón latir con fuerza en su pecho, como si quiera salir corriendo de su lugar. Le miró y entonces el menor levantó su mirada respirando fuertemente. El menor extendió su mano libre temblorosa y la dejó frente al moreno. Este bajó su mirada y observó el pequeño pañuelo amarillento y sus ojos se llenaron de lágrimas. Veía sus iniciales en él, y estaba amarillento por todos los siglos que habían pasado por él. Lo tomó con cuidado y una lágrima traicionera cayó por su mejilla.

-Lamento regresártelo casi un siglo después –susurró mirándole y sus ojos se llenaron de lágrimas al mismo tiempo.

-Seung Hyun...

Susurró y entonces el menor se abrazó con muchísima fuerza a su cuello, como si estuviera cayendo y no quisiera soltarlo por nada en el mundo.

-Perdóname. –Sintió sus ojos llenarse de lágrimas y apoyó su rostro en el cuello del mayor. –Debes haber esperado muchísimo tiempo...

Young Bae le abrazó con la cintura con demasiada fuerza, inspirando su aroma, llenándose de su presencia. Cerró los ojos con fuerza sintiéndolo en sus brazos.

-No puedo creer, que te tuviera frente a mí todo este tiempo y aún así no lo hubiera recordado. Debes haberme odiado.

Young Bae sintió su cuello húmedo. El menor no había podido reprimir las lágrimas, y él las tenía bordeando sus ojos, pero quería resistir un poco más.

-Aunque no tuvieras idea de quien fuera, te hubiera seguido esperando... porque es nuestra promesa. Seung Hyun...

Seungri elevó su mirada, tenía los ojos envueltos en lágrimas. El moreno secó sus mejillas con cariño.

-Yo he nacido solamente para amarte, Seung Hyun. Mi vida en este mundo es para ti, ¿qué haría yo sin buscarte constantemente durante todas mis vidas?

Llamada perdida.. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora