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-Mi mundo gira en torno a ti.

-Tu mundo...

Los ojos cafés bajaron al piso con tristeza y desconsuelo. Una lágrima recorrió su mejilla y entonces el moreno levantó su mentón y le hizo mirarle a los ojos.

-¿Por qué lloras?

-Hace mucho que alguien no me decía algo tan lindo.

Tomó el rostro del chico entre sus manos y se acercó lentamente a sus labios. Nunca había probado algo como aquello. Esos labios era todo lo que él necesitaba. Se amoldaban a la perfección y su calidez era increíble.

-Te quiero mucho... -las palabras escaparon de sus labios.

El chico le miró, como si necesitaba aferrarse a él. Había un mal presentimiento de aquello.

-¿Puedes besarme de nuevo?

Y no se lo iba a negar. Sonrió y se acercó a sus labios para besarlo.

-¡Young Bae!

Su madre le dio otro golpecito en el hombro. El moreno abrió sus ojos lentamente y se dio cuenta que estaba sudado y algo perdido. Pasó sus ojos por la habitación. Ese sueño había sido demasiado vivido. Se sentó lentamente y miró a su madre, ella le sonrió.

-¿Qué hora es?

-Van a ser las dos de la tarde –Young Bae abrió mucho sus ojos.

No se había percatado en qué momento había dormido tanto. Le sonrió a su madre y ella salió de la habitación avisándole que iría a comprar un par de cosas. Su padre estaba trabajando y su hermano en la habitación de al lado.

Young Bae se dejó caer en el colchón mirando el techo. ¿Por qué seguía viendo esos ojos cafés en todas partes? Y lo peor es que por más que los veía hasta en los sueños, no recordaba el rostro de la persona. Tenía un cabello casi platinado y ojos cafés. Y no tenía ni la más mínima ida de porqué seguía repitiendo siempre la misma escena en el sueño. No lo entendía. ¿Por qué tenía que soñar con una escena de dos hombres en un momento así? A veces pensaba que uno soñaba cosas que había visto antes, pero él no recordaba haber visto una película con esa temática ni nada. Su mente simplemente le creaba todas las noches esa imagen en los sueños. Frunció el ceño y tomó una toalla mientras decidía meterse a la ducha y darse un baño.

Estuvo metido bajo la regadera más de diez minutos y luego salió con la toalla amarrada a la cintura. Se vistió tranquilamente y ordenó la habitación para luego estirarse encima de la cama. Miró la hora cuando ya iba a ser las tres de la tarde.

-¡Oh cierto!

Casi saltó de la cama y tomó su celular del velador mientras volvió a caer sobre las almohadas. Se suponía que hoy viernes saldría con Seung Hyun. Y claramente no iba a dejar pasar esa oportunidad. Buscó entre sus contactos hasta que vio su número y marcó rápidamente.

El celular dio varios timbrazos y cuando ya estaba por resignarse a que el menor no contestaría, descolgó.

-¿Aló?

-Hey, Seung Hyun.

-¿Hola?

-Soy Young Bae.

Llamada perdida.. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora