L O U I S.
A veces creo que mi vida es como una canción.
No cualquier canción, una dulce pero con tensión, una balada, que se vuelva estridente. Un gran concierto clásico.
Un sólo violín puede causar una potente sensación, en lo profundo de ti, una gran meditación.
Un suave comienzo como unos suaves labios en tu mejilla, dulce, te da la bienvenida al mundo, y un pequeño, muy pequeño y muy madrugador niño sonriéndote.
Lo miras unos segundos aún tratando de orientarte, volviendo a la realidad y sonríes levantándote, de pronto no es solo un suave violín, son 100.Pero sigue siendo algo dulce, quizás no tanto como el comienzo, con algo de crudeza pero sigue siendo algo dulce, porque comienza el día y sabes que viene difícil, pero siempre hay algo de bueno en el mal ¿no? , simple, el desayuno siempre tiene que ser simple , no alcanza para un omelet ni mucho menos para las famosas tortitas que por lo menos yo, nunca aprendí a hacer. Y tu hijo de pronto, así de la nada recuerda.
— Oh papá. —Habla ese pequeño mocoso maravilloso cubriendo su cara con vergüenza. ¿Qué pasó ahora? Siempre, no podía fallar ni una sola vez en esta parte de la sinfonía el inicio de un problema. — Se me olvidó la cartulina que había que llevar hoy.
Y así comienza. Y se vuelve estridente , incluso comienzan las trompetas que siempre te dan un ritmo alegre, pero aquí no, aquí se vuelve tenso. Porque claro, quieres ir a comprar la puñetera cartulina para el colegio, y sí, quieres que tu bebé llegue lo más rápido a clases sin tener que llegar atrasado al trabajo y no, ya no puedes tomar tu nutritivo desayuno porque ¡Oh! tienes que ir a comprar una cartulina que de seguro solo será para dibujar un arcoíris.
Pero viene la escala de Fa , la nota musical intermedia, no es dura, en mi opinión es la más dulce, porque su agudeza no te llega a molestar en los tímpanos, y ahí recuerdas que el desayuno igualmente era una mierda, y que por ese dibujito de arcoíris y quizás un maldito caballo, por tan solo pegar este dibujo en el refrigerador, darías la vida. Y así de simple llevas al niño comprar una cartulina y de ahí directo a la escuela.
Su forma física obviamente no está tan desgastada como la tuya porque al correr él no parece estar apunto de tener un ataque al corazón y te lo digo desde ya, ¿con 31 años? ¿no poder correr? Algo está realmente mal conmigo al parecer, y hasta el pequeño genio se da cuenta.
— Papá pareces una morsa.
Lo dice riendo, como todo niño no se da cuenta de sus palabras, ni de las risas que causa a la gente cuando grita esas cosas en medio de la calle, claro está.
Y ¡Bingo! llegamos a la primera parada, la escuela.
Ahora, esto puede llegar a sonar hasta dramático, pero juro que en este momento me siento Luke Skywalker, y Ben, al no ser un adolescente aún (Gracias Diosito por no permitir que crezca tanto aún) no se avergüenza de que lo abrace en la entrada, y me da su típico besito en los labios con su gran abrazo, y sí, sé que suena cursi pero mierda, gracias a esto yo vivo, yo vivo por esos 30 kilos de inocencia y esas manitos de bebé, vivo por ese cabello enredado y esos ojos devora libros. Y aquí es cuando comienza el verdadero sonido, el favorito del público. Los chelos, trompetas, violines, arpas, saxofones, todo comienza a hacer historia, una historia que pocos saben comprender pero yo la encuentro justo en frente mío, caminando hacia su salón con una mochila demasiado grande para su pequeño cuerpo.
Y por esa razón las tensiones que siguen no importan, porque es difícil, difícil ya es ser el único padre que deja a su hijo caminando, difícil ser el padre soltero que trabaja de mozo y que no ha llegado a realizar los sueños laborales que anhelaba, y difícil no tener el apoyo necesario para poder llevarlo a cabo. Pero vale la pena por ese niñito nerd y cada nota musical que por él consigo, cada sinfonía, cada balada.
ESTÁS LEYENDO
New Man, New Life. {l.s}
FanfictionLouis y Harry, Dos hombres con la vida resuelta. Uno la tuvo fácil, cada paso que dio fue perfecto y sin embargo no es feliz. El otro la ha tenido difícil, demasiado, pero nunca se le ve agotado, su felicidad es hasta contagiosa. La reunión de apode...