Stay with me || Charles Aránguiz #IMNTOO2

Chapter 13

Estanoche enloquecí. Definitivamente enloquecí, pero de los celos. No soporté ver al Charles con la Olivia y sé que yo no tengo ningún derecho para reclamarle nada, pero no lo pude evitar, no pude evitar tirarme encima de mi prima y sacarle la cresta. Casi la mato, pero el Charles me sacó de encima y me llevó de ahí.

—Maldito cara de nada te odio—le grité cuando me dejó en el piso. Al instante intenté golpearlo con mis puños, pero él me agarró. Estaba totalmente descontrolada, la rabia fluía por mis venas. —¡Suéltame por la cresta! TE ODIO ¿por qué Charles? ¿Por qué? — no puedo verlo con otra, no puedo, maldita sea, duele más que la cresta... No pude evitar llorar, estaba muy descontrolada. Me estoy volviendo loca. Dios ayúdame. Él soltó mis muñecas y me envolví en sus brazos. Agarré su camisa y lloré en su pecho. Su aroma varonil entró por mis fosas nasales, eso me hizo llorar aún más, lo extrañaba tanto... pero él... no me quiere... yo solo fui un juego... Pero si fui un juego ¿por qué me persigue tanto?

—Oye pendeja tranquila— sus manos acariciaban mi cabello. Y me dio un besito en la nuca—todo está bien— pero nada estaba bien, yo estaba aquí amándolo pero comprometida con otro. Además él se metía con minas en frente mío y la mierda no debería doler, pero lo hacía.

—¡No! ¡Charles nada está bien! Todo está mal— me solté bruscamente de su agarre— ¿Por qué mierda me haces esto? ¡Por qué mierda te metes con minas en frente de mí! —él podía hacerlo maldita sea, yo no soy nadie para él. No debería estarle reclamando. Jose cállate—¡Con dos hueonas te metiste! ¡y más encima con la Olivia! Te dije que no lo hicieras y tú igual lo hiciste. Te odio... —las palabras salían a borbotones de mi boca, no podía deternelas.

—¿Sabes por qué lo hice pendeja? — negué con la cabeza— porque quería saber si aún te importaba.

—Tú... tú no tienes derecho— volví a pegarle con mis puños— yo, yo me voy a casar, yo no debería sentir estos celos, no por ti—debería sentirlos por el Diego, pero cuando las minas se le acercaban al Diego, no sentía nada— te odio, te odio.

—Yo te amo— quería creer en sus palabras, pero no podía. "todo lo que pasó entre nosotros fue pura mierda, no fue importante, fue solo un juego, te utilicé nada más..." "Solo fuiste la otra, fuiste una amante, de esas mujeres que pasan... " Esas dos frases estaban grabadas en mi mente, no las podía sacar de ahí, sus palabras eran vacías, siempre lo fueron ¿por qué sería distinto ahora? Mi respiración se estaba haciendo superficial, iba a sufrir otro ataque de pánico...

Él me tomó de sorpresa. Agarró mis muñecas y me acorraló contra una pared y me besó. Todos los pensamientos se esfumaron, al igual que el ataque de pánico. Me dejé llevar por los sentimientos, por las emociones. Las mariposas revivieron en mi estómago. Mis dedos hormigueaban necesitaba tocarlo, fue como si me leyese el pensamiento, ya que soltó mis brazos, lo primero que hice fue entrelazar mis dedos entre sus cabellos. Sus manos se dirigieron a mis piernas desnudas. Mierda. Un escalofrío me recorrió el cuerpo causando que me estremeciera. Mi corazón estaba como loco, estaba desenfrenado, en cualquier momento se me salía. Maldita sea, necesitaba sentir a este hombre más cerca. Él tomó mis piernas y me elevó, rodeé su cadera con ellas. Ay Dios. Iba a morir, hace mucho tiempo que no me sentía así. Necesitaba al Charles, quería tocarlo, necesitaba sentir su piel contra la mía... Solo él me podía hacer sentir así... tan deseosa por tenerlo... Con el Diego nunca he sentido algo como esto... ¿Por qué mierda pienso en el Diego cuando estoy con el hombre de mis sueños? Mierda... el Diego, mi pololo, mi prometido... NO PUEDO HACERLE ESTO. LO ESTOY ENGAÑANDO.

—Charles no—con toda mi fuerza de voluntad me tuve que separar de él, era difícil, pero era lo correcto...— no puedo, Charles lo siento, pero yo no puedo...— no podía hacerle esto al Diego, él siempre ha sido tan bueno conmigo y yo aquí la perra engañándolo, soy igual o peor que la Olivia, una maraca. Una lágrima rodó por mi mejilla. El Charles me bajó de entre sus brazos. Y luego cuando mis pies tocaron el piso me abrazó.