Sara
- ¿Estáis listos chicos? - grita nuestra madre desde el piso de abajo.
Doy un último vistazo a mi habitación y suspiro.
Voy a echar de menos todos los momentos que he pasado aquí.
Todos esas risas, esos llantos, esas confesiones...
Noto como una lagrima resbala por mi mejilla y enseguida la apartó con la mano.
Una etapa ha acabado, pero la vida sigue.
Cojo mi maleta y salgo por última vez de esa habitación, ahora tan vacía.
Bajo las escaleras y una vez que he dejado la maleta en la entrada me dirijo a la cocina donde se encuentra mi madre.
- ¿Ya tienes todo cariño?- me pregunta con dulzura.
Asiento intentando sonreír pero en vez de eso, me sale una mueca.
- Cielo vamos a estar bien- me tranquiliza- ya veras como os adaptáis enseguida al nuevo instituto y a la nueva casa.
- Si- digo en un susurro- no te preocupes mamá, estaremos bien.
No pienso nada de lo que he dicho pero no quiero que mi madre se sienta culpable.
Por fin es feliz y no lo voy a destrozar por mi culpa.
Todos mis pensamientos se borran cuando me revuelven el pelo.
- Alex- gritó enfurecida mientras me peino con la mano sin mucho resultado.
- Hola mamá- dice mi hermano pasando de mí y acercándose a darle un beso en la mejilla.
Veo como coge una manzana del frutero, se apoya en la mesa y le da un bocado para acto seguido mirarme y regalarme una de sus maravillosas sonrisas.
Ruedo los ojos y salgo hacia la entrada.
Detesto que haga eso. Pone su mejor sonrisa y compra a todos, pero a mí no. Llevo demasiados años aguantándolo.
Una vez en la entrada veo bajar a mi otro hermano. David.
Veo como se pasa la mano por el pelo mientras baja.
Tengo que reconocer que los dos son guapísimos, en mi antiguo instituto eran los típicos populares que conocían a todo el mundo y por los que las chicas babeaban.
Para mí, al principio, era genial, ¿quién no quiere tener los hermanos más guapos de todo el instituto? Hasta que vi lo que realmente era.
Todas las chicas se intentaban acercar a mí para conseguir algo con mis hermanos y era frustrante.
Espero que en el nuevo instituto sea distinto, aunque lo dudo bastante.
¿Lo peor? Somos trillizos.
¿Sabéis lo que es soportar a dos chicos de tu edad en tu casa y en el instituto a todas horas? ¿Y que tú seas su hermanita?
Odio cuando se ponen protectores y me hacen un interrogatorio solo por hablar con un chico. Es insoportable. Pero los quiero. Son lo mejor que podía haber tenido, me hacen reír cuando estoy triste, hacen que mi vida sea más divertida... Son mi vida.
- ¿Vamos?- pregunta mi madre pasando la vista por cada uno de nuestros rostros.
Veo como mis hermanos asienten y salen por la puerta. Dirijo la vista hacia atrás por un instante viendo todo vacío y suspiro, acto seguido miro a mi madre.
- Vamos- asiento segura regalándole una sonrisa.
Cojo mi maleta y me dirijo al cohe.
La vida sigue- me repito a mi misma por enésima vez.
(...)
Miro por la ventanilla pensando en todo lo que ha pasado estos últimos meses.
Mi madre se divorcia, todos lo pasamos fatal, incluida ella. Encuentra a un chico. Se gustan. Empiezan a salir. Se quieren ir a vivir juntos. Nos arrastran a todos.
Tengo que reconocer que cuando me enteré de esto no estaba nada de acuerdo.
No entendía como mi madre se había olvidado tan pronto de mi padre.
Estuve varios días sin hablarle pero me di cuenta de que por fin había encontrado alguien que la hacía feliz.
Verla sonreír cada vez que iba a salir con él, verla contenta a todas horas...Me hizo pensar.
Me di cuenta de que una etapa de su vida había acabado y que no podía quedarse estancada en ella.
Tenía que ser feliz y sonreír como una adolescente. Tenía que vivir y seguir con su vida.
Así que lo acepte.
No me hace mucha gracia irme a vivir con unos completos desconocidos. Pero lo hago por ella. Por la persona que me ha dado la vida y ha hecho que fuera feliz en todo momento. Por mi madre, a la que le debo todo.
Noto como el coche comienza a parar y me preparo para empezar una nueva vida.
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¿No bastaba con dos? (Gemeliers)
FanfictionComo si no fuera difícil aguantar a dos chicos adolescentes en tu casa, imagínate a cuatro.