Capítulo 4

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Sara

- Sara baja a cenar- grita mi madre desde el piso de abajo.

Dejó mi móvil en la mesita de noche de mi habitación y bajo entusiasmada. Tengo demasiado hambre.

Entro a la cocina y me encuentro a todos terminando de poner la mesa.

- ¿Y Jesús?- preguntó frunciendo el ceño al ver que no hay ningún plato para él en la mesa.

- Ha llamado que se queda en casa de un amigo a dormir- me informa Dani rodando los ojos.

Me extrañó al ver su expresión pero me siento en la mesa y decido no preguntar.

- Mañana le conoceréis por fin- dice Juan sentándose también.

Asiento y empiezo a comer a la vez que entablamos una conversación bastante agradable.

Se nota que ya vamos cogiendo confianza, aunque solo llevemos una tarde aquí.

(...)

Queda una semana para empezar el instituto y he ido con mi madre para finalizar los últimos trámites.

La verdad es que el colegio está bastante bien.

Es grande, y tiene cafetería y máquinas expendedoras.

Esta mañana, Dani nos he dicho que nos presentarán a algunos amigos suyos para que conozcamos a alguien antes de empezar el instituto.

La verdad es que está siendo muy amable con nosotros.

Y bueno a Jesús aún no lo he conocido ya que nos hemos ido pronto a terminar de concretar todo.

- Mama, déjame en la esquina y voy a comprarme algo a la tienda, que tengo hambre- le digo señalando un pequeño establecimiento que hay al lado del colegio a través de la ventanilla del coche.

- Vale, pero quédate por aquí y ahora vuelvo a por ti.

Asiento conforme y me bajo para caminar hasta allí.

No tengo mucha hambre pero no me apetece ir con mi madre a unas oficinas a que nos cambien nuestros datos sobre el domicilio. Parece bastante aburrido la verdad.

Entro en la tienda que más bien parece un kiosco y empiezo a ver las revistas para hacer un poco de tiempo.

Voy a otra sección donde hay más revistas y me encuentro a un chico de espaldas.

Se da la vuelta y puedo ver que es prácticamente igual a Dani.

Y sin pensarlo dos veces las palabras salen de mi boca.

- ¿Jesús?- pregunto, aunque ya me se la respuesta.

Este frunce el ceño y de repente se empieza a poner nervioso.

Por lo que yo me extraño más.

- Eh... Si- dice inseguro- Hola...- creo que va a continuar hablando pero se calla- ¿Maria?

¿María?¿De qué habla este tío?

Habrá visto mi cara de no entender nada porque empieza a probar con más nombres.

- Ah no perdón, que cabeza- dice pasándose una mano por el pelo- ¿Silvia?¿Andrea?

Yo cada vez tengo el ceño más fruncido.

- Bueno da igual, me tengo que ir- dice intentando salir de esta situación- me alegro de volver a verte.

Y se va.

¿Que ha pasado?¿Volver a verme? Pero si no nos conocemos.

Esto cada vez es más raro.

Salgo del kiosco y me siento en uno de los bancos que hay, a esperar a mi madre, ya que no me sé el camino de vuelta.

Oigo el claxon de un coche y levantó la vista para ver a Juan.

Me acerco extrañada y baja la ventanilla.

- Me ha dicho tu madre que pase a por ti que se le va a hacer más tarde.

- Ah vale- digo subiéndome al asiento delantero.

Llegamos a casa y entro saludando alegre.

- Holaa

- Estamos aquí- oigo a mi hermano en el salón por lo que me acerco sin decir nada más.

- No me creo que os vuelva a ver cómo os he dejado esta mañana- digo sentándome en el sitio libre que hay en el sillón- Sois unos viciados en serio.

- Mola mucho Sara- me dice Dani concentrado en la pantalla.

- Si si, lo que digáis- digo dándoles la razón como a los tontos.

Subo arriba y me dirijo a mi habitación.

Cuando ya llevo un rato aburrida decido bajar y quitarles los mandos de la play. Son unos viciados.

Salgo de mi habitación mirando el móvil y levantó la vista cuando me choco con alguien.

- ¿Tú?- pregunta con el ceño fruncido el gemelo rarito que me he encontrado antes en el kiosco.

- Si yo- le digo cortante, para acto seguido dirigirme a las escaleras y bajar dejándole ahí, en medio del pasillo, plantado, con cara de gilipollas.

¿No bastaba con dos? (Gemeliers) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora