CAPITULO 30

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CAPITULO 30


– Sí. – dijo él cerca de mí y serio. Tragué saliva, mi cuerpo se estremeció ante su voz pero al mismo tiempo estaba nerviosa.

– ¿Qué cosa? – pregunte en un susurro. Él se acercó un poco más a mí, a respiración se volvió lenta... su celular sonó y desperté del sueño en el que estaba entrando, suspiré, él cerro los ojos y contesto la llamada de su celular.

– ¿Sí, diga? – frunció su ceño, solté el aire que había contenido, mordí mi labio pensando en lo que podía haber pasado. – No, no puedo ahora. – lo mire, le hice seña de que no, le dije moviendo con mis labios "no importa", claro que él frunció más su ceño. – ¿Es muy importante? ¿No puede esperar? Yo realmente estoy en algo muy importante ahora mismo. – continué haciéndole seña de que no importaba. – Bueno, en media hora puedo...– dijo él dando un suspiro. Me calme. Él colgó la llamada. – ¿Qué sucede?

– No podías cancelar. – dije mirándolo.

– No puedo cancelarte a ti. – dijo como si pareciera confundido.

– Bueno es que...– pensé un momento. – Es tu trabajo, no perderás tu trabajo por estar acá.

– No iba a perder mi trabajo por eso. – entrecerró los ojos. – Pero es algo importante, créeme que si no lo fuera... lo fuera cancelado.

– Bueno. – suspire con una pequeña sonrisa. – Creo que ya debo irme entonces. – le sonreí.

– ¿Qué? – frunció su ceño. – ¿Piensas que yo te dejare botada acá? – bufó. – Vamos, te llevare hasta tu departamento. – dijo, asentí, él colocó su mano en el centro de mi espalda manteniéndome cerca de él mientras nos dirigíamos de regreso al auto.

– ¿Qué ibas a decirme? – le pregunte cuando íbamos camino a mi departamento. Él guardo silencio, solté un aire de inconformidad, quería saber que era lo que pasaba... lo mire, él sonrió sin mirarme, con su mirada fija en la vía, yo me sonroje y deje de mirarlo.

Al llegar al departamento, él bajo del auto, abrió mi puerta, baje. Fui a despedirme de él, pero sorpresivamente él me guió hasta mi departamento, guarde silencio mientras estaba nerviosa y pensando en cómo agradecerle. – Y bueno...– dijo sonriéndome, suspiro y me miro a los ojos.

– Gracias por traerme. – dije apresurándome.

– No hay de qué. – sonrió con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón.

– Bueno...– mire hacia la puerta. – ¿Nos vemos luego? – dije dudando.

– Sin duda. – dijo él sonriendo y asintiendo, sonreí. Me di la vuelta y abrí mi puerta di un paso hacia adelante entrando, me gire y le mire.

– Creo que es todo por hoy. – volví a sonreír. – Que tengas buen día. – dije.

– Tu igual. – contestó. Asentí y me di la vuelta para entrar completamente, antes de cerrar la puerta tras de mí una mano sujeto mi mano, abrí mis ojos, me gire inmediatamente, él aún estaba allí, día un paso hacia delante y en menos de lo que esperaba ya tenía su mano en mi mejilla y sus labios sobre los míos. Mantuve mis ojos abiertos en shock por un momento, luego sentí un hormigueo en mi estómago, y le correspondí el beso. Él presiono más su mano en mi mejilla y cuando yo estuve a punto se subir mi mano hasta su rostro... su celular sonó. Nos detuvimos, mantuve mis ojos cerrados, cuando los abrí él aun pertenecía conmigo allí, cerca, me sonrió, me sonroje por mil veces. – Hasta luego. – me dijo, asentí, él se dio la vuelta y yo cerré la puerta de mi departamento, tape mi boca de la emoción y mi respiración estaba como si hubiese corrido un maratón, comencé a reírme y a dar saltos por todo mi departamento. Era extraña la forma en que me sentía, me sentí bien, me sentí feliz... y todo sin Justin a mi lado. Para no arruinar mi felicidad deje de pensar en Justin y continué tocándome los labios mientras recordaba el beso.

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