VI.

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Se supone que cuando mueres debes dejar de sentir, y te consumes en los sueños, tu cuerpo se queda como el papel, pero todo lo que algún día se escribió en esas hojas quedo guardado en la mente de alguien, se puede narrar una historia, la cual se repetirá una y otra vez, pero la historia más terrible de todas, ese pensamiento que intentabas ignorar y eliminarlo de tu mente, eso es lo único que podrás sentir, porque lo mereces, pero no sentirás la satisfacción de que estas pagando todo lo que hiciste, sino al contrario, el dolor será lo único que conocerás. Escuchaba todas esas palabras dentro de mí, eran muy claras y ciertas.

Aun podía sentir como un escalofrío recorría todo mi cuerpo, mi mirada se dirigía hacia la nada, me sentía un prisionero, estaba inmóvil, me cautivaba la esencia de su perfume, me hacía querer más, estaba apoyado en el lumbral de una puerta vieja y oxidada, sentía unos pequeños murmullos, comencé a caminar dentro del edificio y pude divisar a una llamativa pelirroja, se ocultaba detrás de los árboles, pero seguía caminando, parecía que buscaba algo, cuando se movió de aquel lugar trate de perseguirla, subí las escaleras y me dirigí para afuera, pero ella salió corriendo, le gritaba que se detuviera, sin embargo, fue inútil, la chica ya no estaba.

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