VI.

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La perfección duele, pero para quien no la posee, o eso sentía yo, era inevitable no pensar en la ladrona, alguien que era lo suficientemente perfecta para estar a su lado... Al lado de Rommel, mi propia hermana se empeñó a seducirlo, pero así como hizo bien, debió pagar las consecuencias con un sufrimiento eterno.

Mi existencia es cuestionable ya que a veces desaparezco de esta realidad y me voy a otra, la que realmente da pena, donde se encuentra un mundo donde yo era madre y estaba enamorada, no sé si esos pensamientos sean reales, pero los siento así, supongo que ella merece estar muerta y su hijo también, aunque a veces creo que es mío y lloro desconsoladamente.

Me arrepentí tarde pero «hice bien», es lo que me repito cada vez que recuerdo a Thomas asesinando a su hijo, que en mi otra realidad... También era mío.

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