Nuetras miradas

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Ha pasado una semana desde el torneo y me siento más tranquila, me siento más sanada y más feliz. El expresar mis sentimientos a las 2 de la mañana me ayudo mucho, creo que lo necesitaba...
Ya tenía tiempo que el Profe nos había dicho que el viernes podríamos ir en pijama, estaba emociona porque estaba por estrenar una pijama de pandas.
Cuando llegó el viernes para mí mala suerte no la encontraba, hasta que por fin la encontré abajo de mi cama, no sabia ni cómo rayos había llegado hasta ahí.
Llegue a la escuela antes gracias a mi mamá que se iría a la escuela y tenía que dejarme ahí antes de las 6:30.
Sube las escaleras y entre al salón... Samuel y Lili estaban sentados en la esquina muy juntos y platicaban.
Yo solo salí y me quede sentada en él suelo, lo admito quería llorar con todas mis fuerzas y gritarle a Lili lo mucho que la odiaba, gracias a ella sufro de esta manera. Creo que había olvidado a Samuel pero me di cuenta que en realidad estaba segada por el dolor...
Me hice lo más bolita que pude, no quería escuchar a nadie ni ver a nadie.
Me levante después de unos minutos y me puse a ver el cielo que aún estaba un tanto oscuro, salió Samuel y se puso alado mío y dijo:
-hola Jazmín
-hola...
-¿estás bien?
-...

La putas lágrimas caían dentro de mi, el dolor de gritarle " NO SAMUEL NO ESTOY BIEN, ME HAS DAÑADO"

-¿jaz?
-si estoy bien Samuel, tengo que ir al baño

Corrí lo más rápido posible al baño, con los ojos cristalizados, me senté en el rincón donde nadie pudiese escuchar; me quede ahí hasta que tocaron el timbre.
Salí y todos estaban en el salón, el solo me miro pero sin pensarlo apartó su mirada hacia ella.

Las horas pasaban y dolía, toco tecnología y al final de la clase fui al baño cuando salí todo se habían ido al salón, menos el... Me imagino que estaba hablando con el profesor cuando una cosa tan extraña paso.
Yo voltee y el también lo hizo, su mirada mostraba un " lo siento tanto" mientras la mía no decía nada solo sentía como mi corazón se aceleraba, fueron los segundos más largos, tenía tantas ganas de abrazarlo y llorar como loca.
Pero solo aparte la mirada y baje las escaleras para ir al salón.
Al llegar a casa, me acosté y solté algunas lágrimas y después de un rato me quede dormida...

Esto es más que una simple mirada a las estrellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora