Lobo Blanco [Eunhae +18]

Destino

Chicas, definitivamente necesitan una caja de pañuelos 

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El sentimiento de tranquilidad y paz que, se respiraba en la montaña nevada a primera hora de la mañana, era algo que jamás podría ser encontrado en la ciudad, los sonidos de los coches pitando descontrolados en el tráfico y las alarmas de los mismos, >simplemente fastidiosas< eran ahora, sustituidas por la naturaleza en su más basto esplendor, y el río, justo por debajo de las faldas de la cueva, corriendo libremente, lleno de vida y peces saltarines entre las rocas

Eunhyuk despertó al día, dándole la bienvenida con un lugar vacío a su lado, aún entre sueño y realidad palpó el lugar donde, se suponía debía estar un chico albino, cansado de no hallar con su mano lo que tanto buscaba, abrió los ojos alzando tan sólo un poco la cabeza de la almohadilla de viaje y captó una bella imagen, por un fugaz momento, la idea de tomar su cámara surgió, pero ¿importaba realmente?, aunque ahora mismo fuese por la cámara, aquél aparato hecho por el hombre no serviría para captar la esencia del momento, muchos grandes artistas y fotógrafos experimentados, contaban con muchas hermosas fotos en sus álbumes privados, aunque, seguramente la mayoría concordaba en que, el sentimiento reflejado ante los ojos de una persona, siempre iba ser diferente ante los de alguna otra, "la belleza está en los ojos de observador", pero en éste caso particular, no solo era una representación de belleza pura, era también, la conjunción de emociones diferentes en el rostro preciosamente iluminado

El castaño exhaló con lentitud, no queriendo molestar la escena que tenía el honor de presenciar, simplemente recostó la cabeza nuevamente en el hueco que ella misma había dejado en la almohadilla y, observó cómo la piel blanca brillaba de forma mágica bajo los rayos del sol, incluso ellos mismos lucían fascinantes con pequeñas motas de polvo volando en el aire, atravesando los varios haz de luz como copos de nieve

Encantado, sus pupilas recorrieron el camino de pequeñas montañas que conformaba a la columna vertical, la cual se dejaba observar por el cuello del suéter de lana que era demasiado grande, luego, la tersa piel del cuello que, llevaba por encima al manto blanco de la montaña y bajaba por la delicada nariz hasta los labios rosados para perderse por el pecho, sin embargo, los iris avellana miraban atentos hacia la pared de roca, curioso Eunhyuk dirigió la mirada al mismo lugar, pero por cuestiones de perceptiva, no lograba ver qué captaba de aquél modo la atención de Donghae

Con un suspiro se levantó, haciendo el mayor silencio posible y caminó a espaldas del chico arrodillado, hasta que, finalmente vio lo mismo

En la pared, justo detrás de una enorme roca que por lo visto se movía frecuentemente de lugar, se hallaba la pintura de un hombre -¿me dibujaste?- la pregunta escapó de sus labios tan rápido que no fue capaz de detenerla, Donghae se encogió de hombros, sobresaltado por la voz repentina a su espalda y giró el rostro, apuntando con aquellos ojos vidriosos al fotógrafo

-no- contestó regresando la vista a la imagen –...si -volvió a responder –es el hombre que fuiste y que ya nunca serás, aunque, lo sigas siendo en esencia –murmuró y colocó ambas manos sobre su regazo, nerviosas

Eunhyuk evaluó las palabras, más sin embargo, la confusión era latente, así que de sus labios volvieron a salir interrogaciones -¿el hombre que fui?...

Donghae asintió sin girar a verlo –Yo no debí nacer, pero lo hice, viví hace muchos años, lloré, sufrí y amé, cuando llegó el día en que mi alma debía dejar el cuerpo que ocupó temporalmente y dejar la Tierra, mi padre con la sombra de la promesa hecha, y la Luna prendada alguna vez de mí, selló mi destino ante la muerte inminente- hubo un silencio y prosiguió –mi alma fue confinada a su forma animal, hasta el día... -bajó la cara dejando así sus mechones blancos caer en picada