¿A donde se fue mi inocencia?

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Un fin de semana mi abuelita dijo que iría a casa de una de sus amigas y pues me quede más tranquila porque yo podía aguantar todo, pero ella estaba envejeciendo y ya no estaba para aguantar todo lo que sucedía en casa, al caer la noche la musica sonaba en toda mi casa un sonido muy fuerte mientras mi madre y mi padrastro bebían como nunca, yo estaba en mi cuarto, ah, pero olvidaba contarles que muchos hombres amigos de mi padrastro "delincuentes" estaban en casa bebiendo junto a mi padrastro, y de repente escuche gritos sabia que esto iría para mal, tenia miedo de salir de mi cuarto, y luego sentí como alguien entro a mi cuarto, no miraba muy bien y trate de encender la luz y no pude, pues alguien me pego y quede muy a dolorida sentí como alguien empezaba a tocarme.

-¡Ayuda! -gritaba yo una y otra vez con una voz muy desgarradora, nadie me escuchaba, el hombre empezó a quitarme la ropa violentamente con una navaja haciéndome algunos rasguños, yo gritaba y las lágrimas no tardaron en llegar, me sentía muy débil, ira inútil tratar de luchar con ese hombre.

-fuerte y lento pero violento.-Repetía aquel asqueroso hombre.
-Maldito, suelta me maldito.- gritaba yo y aquellas grandes lágrimas rodaban por mis mejillas.

-Fuerte y lento pero violento. -Volvió a repetir el desagradable hombre, yo lloraba desconsoladamente, mientras aquel hombre hacia lo que quería conmigo.

-Eres mía, pequeña. -Dijo el maldito hombre, mis ojos se estaban cerrando y aquel maldito, dijo...

-hasta la próxima, mocosa. -Dándome un fuerte golpe y dejando me inconsciente.

La Vida Es Una Hermosa MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora