Capítulo 4

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Malos desenlaces

-Que hermoso cielo- Le decía a Channon cada cinco segundos. Estábamos sentados en la terraza de un edificio al que entramos sin permiso. Channon me apretaba contra su pecho y asentía cada vez que lo mencionaba sin dar una opinión, tal vez que el cielo sólo necesitaba una palabra para ser descripto en ese momento.

-Si ignoráramos todo lo que sabemos del sistema solar, si todavía no lo hubiéramos descubierto, ¿A dónde creerías que va el Sol? - Me preguntó Channon. Era un atardecer espectacular, sinceramente no podía concentrarme en nada más que en el cielo y sus cálidos colores. Era una pregunta difícil de contestar. Me quedé mirando al horizonte procesando la pregunta y encontrando la respuesta.

-Creo que el Sol es sólo una alucinación- Fue lo único que se me ocurrió decir, y antes de que Channon dijera algo comencé a negar fuertemente con la cabeza. -Perdona, pero juro que no encuentro otra explicación para esta imagen -Señale al frente-mas que la que conocemos-

-Pero no estoy pidiendo una explicación Agnes, habló de fantasear- Y no encontré respuesta alguna.

El Sol finalmente se puso y Channon retiró su vista del incontenible cielo. Me miró profundamente, parecía que me perforaba con los ojos. Se acercó a mí hasta que nuestras caras quedaron muy cerca. ¿Ese sería mi primer beso? Sentía que el tiempo no corría, estaba helada, algo asustada. Mientras me preparaba mentalmente para el desenlace que Channon impulsaba a que tuviéramos, habló del beso, acercó su mano a mi ojo y pasó su dedo por mi párpado. -Tenías una lagaña- me dijo.. Una lagaña, que torpe, yo esperaba un beso pero sólo me quitó una mugre del ojo, que frustrante. -Oh, gracias- fue mi respuesta.
Un desenlace que no esperaba para mí historia de la terraza.

Bajamos a escondidas y salimos por donde entramos, una puerta descuidadamente abierta. Channon me acompañó hasta la casa de Amanda, mi casa, se despidió y se fue. Enteré muy rápido y busque a Amanda con la mirada, por si el niño dormía, que se llama Memphis. La encontré en la cocina preparando algo. Al oírme se dio vuelta y me regaló una linda sonrisa. -¿Has comido?- negué con la cabeza
-Genial- respondió y se apartó de la mesada para mostrarme los manjares que había cocinado.
Nos sentamos en la mesa y comimos en silencio. Como presentía, Memphis estaba dormido.

-Amanda, ¿Quieres contarme que ocurrió contigo?-
Amanda no respondió y nos quedamos en silencio por una segundos hasta que decidió hablar.

- Cuando era una pequeña como tú estaba enamorada del amor. Quería enamorarme lo más pronto posible, encontrar a mi chico ideal. Mis padres me trataban de estúpida, pero no le daba importancia. Un día un profesor de la escuela tuvo un paro cardíaco y tuvieron que remplazarlo, y lo hicieron por un galán recién recibido de la Universidad, tendría veintiocho, nunca supe su edad exacta, pero lo que se es que me enamoré perdida mente de el. Hice todo por conseguirlo, y lo hice. Me invitó a salir y luego de tomar un café me llevó a su casa, y allí abusó de mi. No hay mucho que explicar. Sólo se que gracias a ese horrible encuentro tuve a mi hermoso hijo. Luego de quedar embarazada mis padres se encargaron de que no volviera a ver a el idiota, pero también me borraron de sus vidas, un desenlace que no quería tener que vivir-

Terminamos de cenar, fui a mi cuarto y me acurruqué en mi cama, me dormí inmediatamente.
A la mañana salí temprano de Carousel, le deje el desayuno preparado a Amanda y a Memphis y caminé hacia la escuela. Creí que llegaría más temprano y que la escuela estaría cerrada pero curiosamente no. Caminé con la cabeza gacha rápido hasta llegar a mi lugar de formación. El problema fue haberme chocado con una chica castaña y haberla tirado al piso.
La castaña se levantó del piso, se había golpeado la rodilla con la punta del primer escalón de la escalera. Parecía que le dolía. Al levantarse pude ver que era bastante más alta que yo. Era castaña clara de ojos café. Su pelo era bastante desprolijo, intuía que realmente tenía rulos, pero que se pasaba la madrugada planchandose el pelo. Me miró fijo -¿No piensas pedir disculpas al menos?- Me quedé helada
-¿Sabes que me duele la rodilla?-

-Lo, lo siento- contesté -Primer día y ya me tiran al piso- murmuró la chica y se alejó de mi.

Al terminar la formación, nos acercamos a las aulas. Me senté junto a Channon y el profesor se paró frente a todos con la castaña a su lado. -Buen día malas personas, ella es una nueva mala persona- todos rieron disimuladamente y el profesor se dio cuenta -Lo siento, la nueva alumna, su nombre es Sophie TeePee- Se sentó en un banco a mi lado y al pasar me miró mal, no se porque me afectó tanto, todos me miran mal.

Luego de que pasáramos una hora entera escuchando estupideces de lo que es la realidad, tocó el timbre para ir al recreo. Me paré, comencé a salir y al darme vuelta vi a Channon y a Becky separar sus caras lentamente. Tal vez era sólo una lagaña más, no quería imaginarme nada, no estaba lista para frustrarme otra vez y para volverme helada de nuevo... No quería malos desenlaces.

¡Hola gente hermosa! El video no tiene nada que ver con la historia, lo agregué porque me gustó demasiado :)

Muñecas de porcelanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora