SINOPSIS
HOPE
Caleb Montero.
Lo detesto.
Mujeriego.
Egocéntrico.
Alegre.
Irresponsable.
Sexy.
Fiestero.
Dije, sexy?
Infantil.
Mi antitesis.
Las mujeres y compañeras del campus, lo aman.
Los profesores lo adoran.
Muy buen estudiante.
Excelente compañ...
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CALEB
Cinco años de edad...
Juego con mis super autos chocones en el arenero.
La risa de otros amiguitos se siente a mi alrededor.
Corren y juegan entre ellos, bajo la música infantil de fondo y los juegos con cotillón para todos.
Entre ellos, Caldeo y mi prima Juno.
Que sentados ambos en el césped, mi prima le lee un cuento de un libro y él a su lado, le presta mucha atención en silencio.
El jardín de mis tíos está lleno de invitados, porque hoy es el cumpleaños número siete de mis primas.
La risa de mi papá se siente entre los adultos sentados en la gran mesa del jardín.
Sonrío.
Porque, papá siempre me hace reír.
Mi mamita también.
Cristiano se sienta a mi lado con una palita y un balde a jugar.
- ¡Voy hacer una gran base militar para tus super autos chocones, Caleb! - Exclama con su palita azul en alto.
La brisa pica mi nariz.
Estornudo.
- ¡Si! - Exclamo feliz por la ayuda de mi amigo e imito el rugido de un motor de auto de carrera conduciéndolo por la arena, mientras me limpio los mocos con el borde de mi camiseta de la rana René en el proceso.
- Caleb, no... - Una vocecita se siente y elevo mis ojos hacia arriba con mis autitos de juguete en mi regazo, para encontrarme a mi prima Tatúm de pie con su lindo vestido amarillo y con su mano un pañuelo de la Sirenita.
Me pongo de pie.
Mis primas, pese a que son más grandes por un poco más de un año, yo les llego al pecho.
Todos dicen en la escuela que soy bajito y pequeño de tamaño para la edad que tengo y por eso, muchos se burlan de mí, con sobrenombres que no entiendo mucho lo que significan, pero papito riendo, con un abrazo y acariciando por sobre mi cabeza mi pelo, dice que ya voy a crecer y pondré a las mujeres de rodillas.
Que tampoco, entiendo que quiere decir con eso.
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HOPE
- Que asco... - La voz de una de mis amiguitas empujando mi columpio detrás mío, me hace mirarla.
- ¿Qué? - Digo, dejándome hamacar.
Señala a mi primo Caleb mientras Tatúm a su lado, limpia su nariz con cariño.
- Es un niño. - Digo, acariciando mi Barbie ejecutiva entre mis manos. - Y los niños hacen esas cosas...
- ¡Pero es asqueroso! - Me dice, tomando asiento en la hamaca de al lado y arreglando su lindo vestido.
Y solo observo a mi hermana limpiando sus mocos al pequeño Caleb volviendo a jugar como si nada con Cristiano a los autitos en el arenero, mientras muevo apenas con las puntas de mis pies mi columpio.
No contesto.
Ya que no me da asco.
Porque, si mi hermana Tatúm no lo hubiera socorrido a limpiar sus mocos, lo hubiera hecho yo y explicado que eso no se hace.
