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De nuevo Matt comenzaba a guardar un poco de distancia de mí.

Aún vivía en mi casa, mis padres pidieron permisos necesarios para que se quedara con nosotros hasta que terminase la universidad, si él quería.

Dormíamos en la misma cama desde diciembre, todas las vacaciones las pasamos juntos aunque después que mis padres volvieran del crucero él comenzó a distanciarse más y más de mí. Ya no nos abrazábamos tanto y él ya no necesitaba que lo cuidara en las noches para que pudiera dormir sin tener pesadillas con su padre. No nos volvimos a besar desde mi cumpleaños y en febrero no pasamos el cumpleaños de Luna a su lado, ella había conseguido nuevos amigos y ocasionalmente hablaba con Matt sobre algunas cosas referentes a la escuela, aunque no tenía por qué dejar de hablar con él pero no quería acercarse tanto a ninguno de los dos.

Pasamos casi todo un año sin hablar con ella, ella simplemente se comenzaba a volver un pensamiento efímero en nuestras vidas. Pasamos de ser desconocidos a Matt y yo con una niña molesta, fuimos amienemigos y después ella y yo con Matt ocasionalmente. Tuve la mala suerte de ser su novio por una semana y después volvimos a la primera fase de toda la cadena, parecía que iba a ser un bucle eterno. En ocasiones yo la buscaba para hablar con ella sobre lo de Navidad e incluso mis padres me preguntaban por ella pero a mí me daba pena hablar sobre eso.

La Navidad del último año de preparatoria fue la más triste que pasé jamás. Matt tuvo que salir con unos abogados para declarar en contra de su padre por abuso de menores, incesto y violencia intrafamiliar. Al final del caso, Matt declaró que su padre había abusado de él a los diez años, después de la muerte de su madre su padre se había vuelto loco e hizo eso casi una vez por semana todo ese año. Yo me sentí muy mal por no haberlo sabido antes, tal vez por eso las pesadillas de Matt el diciembre anterior eran horribles.

Me pasé solo desde navidad hasta víspera de año nuevo, cuando mis padres llegaron para festejar el inicio del 2008 conmigo y volver a trabajar el dos de enero.

Matt volvió hasta mediados de mes con una actitud completamente diferente, habían metido a su padre a la cárcel y a él le ofrecieron una beca estudiantil para la misma universidad a la que iba a entrar yo. Se la dieron como manera de "recompensar" que el estado no estuvo a su cuidado cuando pasó todo eso o algo por el estilo. Mis padres estuvieron muy felices con eso, iríamos a la misma escuela y seguiríamos siendo amigos incluso después de salir la preparatoria, ¿acaso no es eso el sueño de todos los padres? Que sus hijos tengan amigos de verdad, incondicionales y que incluso aspiren a lo mismo. En nuestro caso era estudiar leyes, seríamos abogados y los mejores.

Luna, por su lado, seguía alejada de nosotros incluso en febrero cuando volvimos a clases, cada vez se alejaba menos y lo último que supimos de ella fue que la rechazaron en una universidad prestigiosa de artes y terminó buscando un lugar en la escuela de las bellas artes, algo así como la estatal para la mayoría de las demás carreras. Yo quise apoyarla sobre eso, para ese momento había pasado más de un año desde lo que pasó con Michael, quien había terminado en la cárcel por acostarse con una menor de edad (él ya tenía como veintitrés años en ese entonces), de lo cual fue un gran alivio saber que no era Luna la "menor de edad". Luna me rechazó cuando traté de buscarla, sólo volteó la cara en dirección a sus amigas e ignoró por completo que yo me encontraba detrás de ella junto con Matt, quien me tomó del brazo y me llevó a otro lugar, tratando de evitar que mi dignidad decayera todavía más.

En mayo del 2008, cuando ya había más adelantos tecnológicos y aceptación de parte del mundo hacia todos los demás, la vida tomaba rumbos diferentes y apenas si se tomaba en cuenta que una mujer usara ropa escandalosa o que un hombre vistiera como si fuera una mujer, nosotros estábamos en los preparativos finales para la graduación. Aunque no debería decir nosotros, pues aunque yo fuera uno de los que habían elegido para preparar todo, encontré la manera para zafarme de eso, diciendo que buscaría alguien que tocara la música para ese día. Cosa que después le pedí a Matthew que consiguiera.

Nosotros y ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora