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     En este momento, pareciera que hemos abarcado todos los problemas posibles, marcados en la comunidad de escritores/lectores de fanfics e historias originales. No obstante, no hemos observado a profundidad aquellos factores a los que nosotros, ante cualquier circunstancia, nos exponemos antes de empezar a escribir. Siendo honestos, es imposible crear sin haberse inspirado antes. Vivimos en una época donde somos bombardeados por cualquier tipo de medios: Libros, revistas, artículos de Internet, audiolibros, podcasts, emisiones de radio, videos, películas, entre otros. Siguiendo las palabras de un compañero: "Es imposible no ahogarse en tanta información". Ideas nos golpean constantemente, brindándole una idea a nuestra mente creativa. Lo peor es que, algunas veces, no sabemos distinguir entre algo bueno y algo mediocre; un ejemplo ya mencionado corresponde al anime japonés. Entonces, ¿en el exterior se puede culpar a alguien? Eso es sencillo de responder, si podemos revisar toda la historia de la literatura castellana: Esa gran cantidad de épocas, a las que creemos faltas de importancia. Después de todo, ¿por qué debería importarnos la evolución de las obras literarias?
     Esto ya corresponde a una de las causas mayores de nuestra ignorancia colectiva, pues podemos distinguir muy bien la época de la que proviene una novela. ¿A qué corresponde este factor calificador? La Profundidad de la Historia. Pensemos en aquellas obras que se consideran universales: 'Cien años de Soledad', por Gabriel García Márquez; 'María', por Jorge Isaacs; 'Don Quijote de la Mancha' por Miguel de Cervantes; 'Otelo', de William Shakespeare; 'Historia de un Loco' de John Katzenbach, y muchas obras de Agatha Christie, Sir Conan Doyle, Charles Dickens, Alejo Carpentier, Julio Verne, José Luis Borges, y tantos otros buenos autores de siglos pasados. Estos autores contaron historias doradas, diamantes clásicos que ayudaron a formar lo que es la literatura hoy. El problema, en sí, es la literatura de hoy. Nos hemos acostumbrado, de manera ciega, a pensar que todo lo que brilla es oro; seguimos los libros más vendidos, fenómenos internacionales con éxitos en ventas, rompiendo récords a diestra y siniestra. ¿Libros dorados? Recordemos que Crepúsculo y 50 Sombras de Grey. Historias carentes de argumentos razonable, con esa profundidad poética que nos endulzó en lo más recóndito de nuestra sensibilidad literaria. Eso se ha reemplazado con palabrería joven, inspirada a una época olvidable, como es la actualidad, pero engañando con esas pequeñas frases que, fuera de contexto, tienen cierto gusto entre esas páginas de clubes literarios.
     He de recordar, en estos momentos, una imagen que alguien me pasó una vez, que indicaba una descripción argumental de 1984 por George Orwell, y la comparaba con otras obras actuales como Los Juegos del Hambre, Divergente, y otras más. Esa imagen, además de ser un recurso que solemos encontrar una sola vez en la vida, es explícita en términos literarios, y me inoculó una duda importante: Si nosotros comparamos novelas famosas antiguas con los libros más vendidos en la actualidad, ¿qué vamos a encontrar? Nos es imposible comparar diversos géneros, es cierto, pues eso es un error crítico (intentaré actualizar una anécdota al respecto en un futuro). No podemos colocar un relato de Edgar Allan Poe junto a una novela de Jojo Moyes. En épocas anteriores, existía el maravilloso debate por temas inmateriales, algo desconocido para todos nosotros. Aquellos sentimientos mágicos, en los que se representan los hechos más reales como algo ficticio. Allí radica la diferencia esencial:

Las obras antiguas representaban la historia real con hechos fantásticos, imaginados y sutiles. Las obras modernas suelen recrear hechos imaginarios en un entorno real.

     No olvidemos, además, la presentación de las preferencias por la cultura oriental, inclusive en aquellos considerados posers. Recientemente, logré leer una historia de Wattpad que se desarrollaba en Japón, pero el autor solía anotar que iban a un mercadillo de Taiwán (un país diferente). Esta obsesión por la cultura nipona representa un ataque, el equivalente a una invasión en nuestra cultura, cuya culpa radica, en gran parte, en el anime, la animación japonesa. Esta solía representar una forma original de contar historias; no obstante, a medida que tomaba forma, se mostraba una repetición entre los temas recurrentes, lo que derivó en una separación entre los temas más utilizados en fanfics e historias originales: Historias de acción (con espadas gigantes, peleas exageradas, y otras características), humor con perversiones, y romance con un harén (un macho con muchas hembras interesadas).
     De esta manera, observamos una falta de profundidad en las historias, así como una falta de motivación al escribirlas. Una justificación que nos diga por qué escribimos lo que hacemos. Mayormente, las mejores historias poseen un significado oculto, un tema controversial, pero con un buen mensaje al final. Esta técnica ha sido utilizada mucho por Disney y PIXAR como fórmula para sus películas, así como esas creadas durante las últimas décadas del siglo XX. ¿Por qué los autores escriben plagios de anime, siendo un tema tan gastado? ¿Por qué un personaje macho atrae a todas las hembras? Simplemente, ¿por qué?
     Estos factores extranjeros, que se encuentran más afuera de lo que podíamos imaginar, es lo que nos mantiene en un círculo vicioso constante, como un muro de fuego que nos obliga a retroceder, y cada vez se hace más extenso. He visto muchas historias a lo largo de mi estadía en este mundo de literatos light. Cada una es diferente, pero todas son iguales. No hemos pisado el fondo del barril, y este tipo de actividades recreadas por nosotros, que deseamos ver más en el entorno que un simple pasatiempo en estas plataformas virtuales, son para que nunca toquemos lo último. Recordaré siempre la siguiente frase:

No debe confundirse la verdad con la opinión de la mayoría. - Jean Cocteau

     Me corresponde aclarar que este, como muchos otros casos, se repite sin parar alrededor de la historia. Es lamentable el número de decisiones erróneas que se toman por seguir la opinión de la mayoría. Con esto, señalo a aquellos escritores que poseen muchos seguidores, pero bases literarias pobres en un contexto educacional. Debemos leer y escribir, siendo este el proceso para conseguir la perfección en este ámbito. Si por cada aspirante a escritor se leyeran cien libros en toda su vida, habría más obras excelsas que asesinados en las calles. En los tiempos recientes, llegó alguien a preguntar sobre una novela que estaba escribiendo. Al revisarla, no pude evitar comentarle: "¿Realmente has leído alguna novela en tu vida?" Por esto es tan importante el medio externo, porque preparan un terreno para arar los conocimientos, creando nuevas ideas, inspiraciones, técnicas, y otros métodos para ver las situaciones y personajes. Recordemos lo importante, que se toma en cuenta para una novela: Argumento, personajes, ambiente. Existen autores con deficiencias en un campo, pero con ventajas en otros. El objetivo es conseguir ese punto en el que todos los puntos sean aceptables. Ya basta de 'formato guión', 'hubieron', 'ola ke ase' y 'escribo así porque es mi estilo'. Las excusas sólo logran demostrar la determinación de aquellas personas para permanecer en la ignorancia.
     Mi recomendación final para este tema: Busquen buenas obras literarias y lean lo más que puedan, pero no se basen en el número de copias vendidas. Popularidad no es igual que calidad. Aquí les invito a buscar un video del canal 'Game Theorists' en YouTube, donde se habla de lo que realmente queremos; aún cuando esté ambientado en videojuegos, es aplicable en cualquier entorno. Nuevamente, gracias a todos por leer, y les recalco la posibilidad de que planteen sus preguntas sobre el tema, intentaré responderlas. Preguntas como "¿Cómo mejorar?" o "¿Qué podemos hacer con respecto a...?" Aquí me despido de todos ustedes, estimados lectores, con la esperanza de que, al fin, logremos reducir la falta de pasión en las obras. Recuerden, mis palabras no son una ley, pero aun así son buenas para acabar con:

El Éxito de la Mediocridad.

CSR.

El Éxito de la MediocridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora