capítulo III

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-Abi- susurra una voz masculina y muy conocida, me doy vuelta y si. se trataba de mi mejor amigo: Ramiro o "Rama" como le digo yo. Él era mi única compañía desde que tengo memoria, (cuando todavía no conocía a Agus) íbamos juntos al jardín, ahí empezó nuestra amistad: Recuerdo que él estaba en la hamaca* y yo jugando con la arena, habían dos nenas que me estaban molestando, no recuerdo sus nombres pero si me acuerdo que me empujaban y tiraban arena, Rama sin pensarlo, saltó de la hamaca a defenderme; les dijo que no me molesten porque era la hermana...es algo tonto pero en ese tiempo me pareció un acto heroico y tierno, el resto del año estuvimos fingiendo que eramos hermanos y fue súper divertido. Digamos que él siempre estuvo ahí para salvarme. En primaria al principio seguíamos siendo amigos aunque no tanto, por que en ese tiempo los amigos lo burlaban conmigo, le decían que yo era la novia y el se enojaba, cuando sos chico te molesta que digan esas cosas, y por eso se distacio un poquito y después fue peor por que se cambió de instituto por tres años y después volvimos a reencontrarnos en secundaria, desde ahí fuimos inseparables, es como un hermano para mi. Está en las buenas y en las malas conmigo. Es el único que me defiende cuando me dicen cosas feas o me aíslan por ser, según ellos, una nerd y vivir metida en mis libros

-RAMAA !!- mi voz se escucha hasta el otro lado del pasillo, por lo que me dio vergüenza y me puse colorada otra vez, me abalancé sobre él y lo abracé tan fuerte que ya no me importó si alguien había escuchado mi grito, con él me sentía yo misma y no me daba miedo hacer o decir nada que me deje en ridículo- ¿que haces acá? ¿no te ibas a cambiar de instituto?. Te extrañé tantoooo

- No me preguntes nada, abrázame mas fuerte que te extrañe mucho

-Ey, esperá.- dejé de abrazarlo y me alejé un poco con las manos. - Yo estoy muy enojada con vos.- Entrecrucé mis brazos 

-Chicos el timbre ya sonó, deben ir a sus aulas vamos.

Subimos en silencio con la mirada de la preceptora fijada en nosotros, eramos los últimos y teníamos que subir las escaleras y entrar al aula. Una vez dentro, nos sentamos juntos y seguimos hablando:

-Ya sé. Hice mal en no hablarte durante estos tres meses de vacaciones. pero en mi defensa tengo una muy buena razón

-mmm...a ver, quiero saber que excusa hay para dejar de hablarme en tres meses. Dejarme sin saber nada de vos de un día para el otro, sabiendo que era posible que tus padres te cambien de instituto este año

-Tres palabras: Campamento de verano sorpresa

-Son cuatro

-Bueno cuatro- se rie

-Contame ¿como que sorpresa?

-Ya conoces a mis viejos*, son insoportables, querían que vaya a una escuela militar este año. Por alguna razón se les puso eso en la cabeza, gracias al cielo logré convencerlos y cambiar la escuela militar por el campamento militar.

-¿Y no tuviste tiempo de decirme? 

-No...créeme que intenté. pero mis viejos ni bien terminé de hablar ya encontraron campamento y al otro día cuando me levanté tenía mi bolso hecho. Y eso no es nada. Al campamento no se podía llevar celulares, tablets, notbooks o cualquier cosa que te conecte con el mundo exterior. Lo único que había era un teléfono viejo y teníamos cinco minutos por persona para llamar a algún familiar (autorizado el número previamente en una planilla) y día por medio. Prácticamente estaba en una cárcel. Te extrañe mucho

-¿Y cuando volviste no pudiste avisar? 

-Llegue ayer y fui a la fiesta de Leila por el UPD, pensaba contarte todo ahí pero no fuiste. debí suponerlo

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⏰ Última actualización: Dec 15, 2018 ⏰

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