Malec "La Fiesta Que Organizo Magnus Bane"

Capítulo 2 " El Objetivo"

—Sabes quien eres Alexander—decía para sí mismo mientras bebía otro vaso de whisky—Sabes que eres un cazador de sombras, que el pasado es importante pero ya no forma parte. Eres fuerte, no tienes que ocultar te en las sombras de los demás, eres confiado y protector con tu familia, no tienes miedo de lo que piensan los demás. Amas tu vida, amas a Max, a Magnus, a tus hermanos, amigos y padres. Has perdido mucho pero también has ganado...—su voz se quebró en el instante que las palabras lo comenzaban a ahogar y la debilidad comenzó a cubrirlo con una sábana grande de la cual no podía escapar, dejando que solo una nueva oleada de lágrimas resbalaran por sus mejillas sin control—¿Sabes quien eres?. 

Alec jamás le había gustado beber, el recordó cuando abría la botella de whisky que su primer trago había sido a los diecisiete años, algo tarde a comparación de sus hermanos. Odiaba la sensación de que su garganta quemara y ardiera cada vez que el líquido se deslizaba, pero ese día lo tranquilizo como la misma sensación de la estela contra su piel. 

La noche había iniciado bien hasta que los malos sueños lo invadieron, ahora entendía que en un segundo el blanco se podía convertir en negro, que un hermoso sueño se podía convertir en una terrible pesadilla. 

Todo comenzó con Max y la batalla de Idris. Alec se encontraba en la casa de Alice mientras veía como su hermana subía las escaleras y desaparecía dejando solo a Max en compañía de Sebastián, sabía que sucedería a continuación y él quería correr hacia su hermano pequeño y tomarlo en brazos para protegerlo con su vida, quería asesinar a Sebastián con su arma en ese momento. Pero sus pies se mantuvieron pegados al suelo mientras todo comenzaba, intentó correr pero sus pies no se movían, intentó gritar para prevenir a Max pero su voz no se oía, lo único que pudo hacer fue caer de rodillas mientras cerraba con fuerza sus ojos azules, cubriendo con sus manos sus oídos para dejar de escuchar las súplicas de Max y la risa de Sebastián. 

Los recuerdos venían uno detrás de otro, en forma de horribles pesadillas, transportando lo a cuando Magnus lo abandonó en aquella vieja estación, llevándolo de nuevo hasta Edom en donde su hermana yacía en sus brazos casi muerta, continuando con Simón sacrificando sus recuerdos para que Magnus viviera al igual que todos, el engaño de Camille, los muertos de Idris, la marca de sin miedo, soñó con los primeros días después de la guerra oscura. Los gritos en las noches de Jace, Izzy y los de él mismo al darse cuenta de las pérdidas, se vio oculto en las sombras mordiéndose la lengua para no explotar. 

Alec sintió un gran alivio cuando sus ojos se abrieron y vieron el techo blanco de la sala. Su respiración era agitada mientras que sus manos temblaban, el reloj marcaba las cinco de la madrugada, el sueño aun no lo abandonaba por completo pero se negaba a dormir. 

No sabía con exactitud cuando sus pies lo llevaron hasta la cocina, mucho menos el momento en el que el whisky se deslizó por su garganta. Alec siempre había escuchado a los mundanos decir que beber ayudaba a olvidar, y él quería olvidar. No quería pensar en todo lo que pudo haber hecho si hubiera estado en esos lugares en donde perdió.

Primer vaso. Pensó en Max y en lo ridículo que fue abandonarlo en plena guerra, el cual se lo arrebató. 

Segundo vaso. Vio lo estúpido que había sido en confiar en Camille aun cuando Magnus le había advertido que era una maestra del engaño y la manipulación. 

Tercer vaso. Se vio el mismo toda su vida encarcelado sin poder mostrar su verdadero yo por miedo a lo que la gente pensara de él, de su sexualidad, y sentimientos. 

Los vasos continuaban llenándose, levantándose y el contenido deslizándose por su garganta hasta desaparecer. Los recuerdos no se olvidaban con cada trago, al contrario surgía uno nuevo más fuerte y doloroso que el anterior.