Había logrado arrastrar al chico herido hasta mi casa pero ya no estaba segura si debía meterlo o no, al final puede que resulte mal para mi. Trate de que subiera los escalones de la entrada pero ya estaba completamente desmayado, y eso lo hacía el doble de pesado, con las ultimas fuerzas de mis brazos logramos entrar a mi casa. Estaba vacía por suerte o eso creí, a lo lejos se escuchaba a alguien en la cocina, mama debió de haber llegado. Antes de que se diera cuenta que había llegado comencé a llevar al chico a las escaleras, tenía que meterlo rápido a mi cuarto antes de que mama lo viera. Desabroche a Tobi y deje que fuera con mama, a lo mejor me daba tiempo para correr.
- Alex, eres tu? Ya regresaste?- gritaba mi mama desde la cocina.
- Si mama!- solo pude responder, me sudaba la gota gorda pensando en que vendría hacia mi. Con mis ultimas fuerzas, agarre al chico por la espalda y lo empuje lo mas lejos que pude y al mismo tiempo yo caía de rodillas, casi pierdo mis dientes con un escalón.
- Estas bien Alex?- pregunto mama, al parecer solo me vio caer a mi. Y eso era buena suerte.
- Si mama, es solo que tenía que llegar a mi cuarto.- me excuse mientras me paraba. De reojo no dejaba de ver al pobre chico boca abajo, de seguro le dolió.
- Debes tener cuidado, ya cenaste?- me pregunto.
- Ya mama gracias- le respondí. Era mentira, la había estado esperando pero no podía cenar mientras alguien se desangraba arriba.
- No quieres acompañarme, ya en un rato me voy- me dijo. La verdad es que quería hacerlo, era la primera vez que se iba a trabajar desde que yo nací. Ella es una aeromoza y como tienen que viajar mucho dejo su trabajo para criarme, claro que después de irse papa, ella tuvo que volver a trabajar y no la culpaba pero el hecho de quedarme completamente sola no me gustaba.
- Bueno... me gustaría pero veras, en la nueva escuela ya van muy adelantados y me dejaron mucha tarea.- mentía mientras no dejaba de ver el charco crecer en el tipo medio muerto. Tenía que ayudarlo ya!
- Bueno esta bien... te llamaré para que vengas a despedirte.- me respondió
- Ok mama.- le dije antes de salir corriendo a ayudar al chico. Espere que se escucharan sus pasos irse a la cocina para poder levantarlo, lo tome por un brazo y lo lleve a mi cuarto, una vez adentro saque el segundo colchón que estaba abajo de mi cama y lo recosté sobre el. Le quite la ropa y fui al baño por trapos mojados y una cubeta de agua para limpiarle la herida, ahí fue cuando note que la apuñalada en su estómago no era la única, tenía otra en el brazo pero mas bien como un raspón muy profundo y otra pequeña puñalada en la pierna. Por eso no dejaba de sangrar pensé. Seguí limpiando sus heridas, al menos la del brazo y la de la pierna habían dejado de sangrar, regrese al baño y tome el botiquín de primeros auxilios, era todo un mini hospital. Teníamos todo, vendas, medicina, jeringas, agujas, hilo, etc, etc. Tome el botiquín y me lo lleve a mi cuarto, comencé a vendar su raspón ya que pensé que ese no necesitaría puntos.
- Que estas haciendo?- me pregunto algo débil el chico. Había despertado, eso era algo malo ya que pensaba coser sus heridas pero con el consiente era probable que gritara.
- Te estoy ayudando. - le respondí. Tome de mi tocador una cuchara que tenía, y coloque varias pastillas de anestesia local y empece a quemarlas, mi punto era volverlas liquido para así inyectarlas y adormecer la zona afectada. Cuando ya tenía lista mi jeringa la puse a un lado y le di al chico un cojín, este me miro con cara de extrañado.
- Para que..- empezó a decir.
- Es para que lo muerdas y trates de callarte.- le explique. - Estas pastillas te adormecerán un poco el cuerpo pero no te garantizo que no sientas dolor.- continué con mi gran explicación de medico casero.
- Puedes coserme? No me mutilaras?- decía un poco alarmado y lo entendía. Que chica con aspecto de 19 años sabría coser una herida? Bueno yo sí, trabaje dos veranos como asistente en una veterinaria.
- Puedo coser heridas, pero si gritas vas a hacer que mi madre te descubra.- le dije mas seria.
- Por que lo haces? No me conoces.- me empezó a decir. Y tenía razón, no lo conocía pero no era tan inhumana como para dejar a alguien tirado en la calle mientras sangraba, no era correcto.
- No era correcto dejarte ahí.- solo alcancé a decir. Y después de eso inyecte el dado derecho de su panza, el solo se limitó a hacer una mueca. Tenía que dejar pasar algunos minutos para que tomara efecto.
- Al menos me dirás tu nombre?- me pregunto.
- Ya te lo dije en la calle, me llamo Alexandra pero todos me dicen Alex.- le respondí mientras preparaba la aguja e hilo.
- Alex eh? Me gusta, es un lindo nombre.- empezó a decir con cierta dificultad.
- Eso le dices a todas las chicas que cosen tus heridas? - me burle de el al mismo tiempo que le pellizcaba la zona donde lo inyecte.
- Dime te duele?- le pregunte. Si le dolía no podía coserlo, lo lastimaría mucho.
- No ya no. Y no a lo otro. Solo se los digo a las que se me hacen guapas. - continuó con su coqueteo. Algo en eso me molestó, debía ser mas serio! Una total desconocida estaba a punto de coserle el estómago!
Sin ningún remordimiento le clave la aguja y empece a coser, llevaba a penas 2 puntos y el se retorcía como lombriz, no soportaba el dolor. Me detuve y fui corriendo a la cava de mi mama, mas bien era de mi papa pero ella quiso conservarla, se encontraba abajo de las escaleras. Con mucho cuidado baje y sin hacer ruido tome lo primero que vi, un whisky Johnnie Walker Red Label , tome un vaso y regrese al cuarto, gracias al cielo el no fue tan estúpido como para moverse.
- Ten, esto te ayudara con el dolor.- le dije mientras le ofrecí el vaso lleno de whisky. Lo tomo y se lo acabo de un trago, hizo una mueca y con su cabeza me dio a entender que podía continuar.
Regrese a mi trabajo y el cada vez se rellenaba mas y mas el vaso. Cuando a el ya se le hacía muy difícil aguantar el dolor, se limitaba a enterrar su cara en la almohada. Al final fueron 16 puntos y el ya estaba medio borracho, la segunda herida fue mas rápida y menos dolorosa, esta necesitó 7 puntos. Agotada me recosté a un lado suyo y le quite su vaso, yo también necesitaba un trago.
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El Último Don.
Action¿Qué pasa cuando el capitán del Departamento de Policía desaparece? ¿ Quién protege la ciudad? ¿Quién detiene la guerra entre Mafias? Alex, es una chica de 19 años que busca a su padre desaparecido pero en el trayecto se va enredando con la mafia y...