Te extrañe, (ahora no)

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Eduardo se paró enfrente de mi y me dijo que por lo menos lo escuchara, me detuve baje la mirada y me explico todo al terminar dijo -te amo... por favor creme-

Levante la mirada con lágrimas en los ojos, me quede en silencio unos segundos.

-pero es que no entiendo por que lo hiciste si me amas, te hubieras alejado de ella- El solo me abraso y me dio un beso en la frente y en un susurro dijo... -perdóname- solo lo mire y seguí caminando a la clase.

Cada día lo encontraba en el comedor con sus amigos y solo me miraba un tiempo. Dejo de ir a clase unos 2 o 3 días lo cual me preocupo, fui a verlo toque cuidadosamente su puerta... como si fuera a explotar con mi tacto. Cuando me abrió y vio que era yo solo se quedo callado

-que haces aquí? - Me lo dijo de una forma tan fea, pero no soportaba verlo asi.

- si quieres me puedo ir..- iba a dar media vuelta pero me jalo del brazo y me abraso, lo abrase también.

- porque no has ido a clases? –

-no lo se, no he tenido ganas-

-pero no es de si tienes ganas de ir o no, además... me preocupe por ti-

Levanto la mirada –enserio? Entonces eso significa que..-

-si, pero aun no se si seguiremos juntos o solo amigos- me abraso y me dijo al oído

-por favor no me digas que solo seremos amigo, te amo... - No pude contenerme y lo abrase -yo también pero lo que me hiciste fue.. Horrible, le dije primero con Fernanda y ahora esto no es justo, además olvídalo.- le sonreí y me aparte de el y me acerque hacia la puerta justo iba a salir cuando me dijo- Te amo- yo solo voltee a verlo, es tan hermoso... y me fui.

Así fue unos días hasta que...

Me estaba poniendo al pijama otra vez eran exactamente las 6 de la mañana, despertaba a esa hora hasta en fines de semanas, me irrita el hecho de que no puedo para de pensar en el, porque eso me hace mas patética de lo que ya me siento.

Me desperté a eso de las doce de la tarde, casi toda la escuela se havia ido a un lugar de visita y a mi no me dieron permiso para ir así que me quede y aun tenia sueño pero de todos modos me obligue a levantarme. Me puse unos tines negras, con una sudadera larga y unos converse blancos, Bostece y baje a la enorme cocina para servirme algo de comer, (no importaba cuanta comida agarrase, la escuela estaba casi vacía) porque si había algo mas fuerte que el sueño, era el hambre.

Llevaba recorrida media escalera y escuche risas: una femenina y otra masculina que pertenecía a Eduardo. Me asome apenas y los encontré demasiado juntos como para que fuera un simple encuentro amistoso, aun que yo sabia o según sabia que Eduardo no tenía amigas (no porque yo se lo prohibiera, si no por que no era muy sociable con ellas). Maldije por lo bajo: a él y a la perfecta morena que tenía a su lado; incluso a mí por dejar que me afectara a tal punto que se me hiciera un nudo en la garganta. Gruñí y sacudí la cabeza, y aleje todos los pensamientos relacionados con el dolor y termine por convencerme de que yo estaba bien, que en realidad Eduardo no me importaba.

Pero al final yo sabia que no servia mentirme a mi misma, aunque si quería evitar el dolor, no tenia de otra. Me acosté en la cama mirando el techo, y me puse a todo volumen los audífonos para desconectarme del mundo exterior. Seguía preguntándome porque diablos seguía desgastando pensamientos en un idiota que no merecía los pensamientos de una chica, ¿Quién sabe cuántas idiotas más desfallecían por él; esperen (yo era una idiota)? ¿Cuantas estupidas chicas haciendo ilusiones con alguien que nunca en su vida ha tenido una relación estable (al menos yo no me hacia ninguna)?

Suspire y cerré los ojos, aleje todo pensamiento de mi cabeza y me puse a cantar la canción que escuchaba en mi iPod. Sinceramente ¿Porque pensar tanto en él? Tenía tantas estupideces en la cabeza como para agregar otra más. Y luego de todo el esfuerzo que me costo dejar de pensar en Eduardo, me quede dormida otra vez.

Cuando desperté creo que ya habían pasado como unas dos horas, tenia toda la cama tan arrugada como si hubieran dormido 20 personas en ella, y por alguna extraña razón había un billete tirado. No era del tipo de chicas que dejaba todo tirado, buenooo digamos que tampoco era una de las más limpias. Quizás estaba en el bolsillo de mis jeans y no me di cuenta. Bostece unas tres veces antes de agitar la cabeza para despertar completamente, justo cuando estoy apunto de levantarme Sam se me tira encima y me caigo de la cama.

-¡Sam!- Lo regañe desde el suelo mientras el me besaba toda la cara como pidiendo disculpas, pero baba de perro no era la mejor disculpa del mundo-. Quitate de encima, monstruo -

-Ey Sam- Lo llamo Eduardo desde de mi cuarto y el perro enseguida fue con el-. Perro malo, te dije que no entraras.

Esto me ameritaba un buen baño, pero me quede tirada en el suelo porque no tenia ni siquiera ganas de mirar a Eduardo a la cara, me había costado un mundo sacármelo de la cabeza, y si lo veía todo ese esfuerzo se iría por la borda.

-¿Estas bien?- Pregunto. Estaba de boca contra el suelo así que no lo veía, pero su voz no estaba a más de 50 centímetros de distancia.

-Si

-Déjame ayudarte- Dijo el y me tomo de la cintura, y aunque intente que mi cuerpo fuera más pesado, me levanto de todas maneras, se rió al ver mi aspecto: recién levantada, babeada por un perro y con el pelo de una bruja-. Estas horrible-. Me dijo riendo

-Ya lo se - Bufe y me aleje el pelo de la cara, mientras que con la manga de la playera me limpiaba la cara-.

Mire a Eduardo y su sonrisa se esfumo

- Berenice, tengo que hablar contigo.

-¿Para que?

-Es importante, aunque te recomendaría arreglarte primero. Quizás...

-Eduardo!

- Tranquila, no es, malo pero si importante, así que espero a que estés lista- Dijo y salio del cuarto, dejándome con la mayor intriga del mundo.

Se fue. Me quede mirando a la puerta durante unos tres minutos preguntándome que era lo que me quería decir tan importante. Tuve que exigirme no salir corriendo y hacer todo a la velocidad de la luz para hablar con el cuanto antes, me mantuve serena y me tome mi tiempo para bañarme y cambiarme, aunque en realidad solo quería saber que era lo que me quería decir, porque para que Eduardo fuera decir algo serio e importante, no era algo que sucedía todos los días.

-Listo, grite! estaba lista para "hablar" con Eduardo, salí del cuarto y no había nadie, estaba solo como en una película de esas de terror(claro ese permiso de la escuela, implicaba quedarse a dormir) Salí, me dirigía hacia las escaleras, cuando me llego un mensaje de Eduardo .

- Estoy aquí afuera sal ya!.- iba bajando las escaleras. Pero de pronto alguien llego por atrás y me abraso. Era Eduardo? No, me dije no lo creo esta enojado, y muy serio conmigo porque haría algo así?. Voltee y era un chico lo había visto ciertas veces, pero no sabia su nombre y mucho menos lo conocía

-Ey, que te pasa?

-No me recuerdas?

-No, tendría que hacerlo?

El me soltó, por lo tanto me sentí mas cómoda me miro con cara de confundido,

-Enserio, no me recuerdas?

-Me quede observándolo por unos minutos. No, no te recuerdo. Ya dime quien eres?

-Soy, Ian

- Mucho gusto!-le dije

Me miro y dijo.- Era tu "Mejor amigo"-

Me quede recordando mi memoria, jamás le conté a nadie sobre el, mas que a mi madre claro. Conocía a todos mis amigos, pero en primaria, y la mitad de Secundaria fue mi mejor amigo, hasta que entramos a 3er grado, me cambiaron y lo cambiaron, jamás volví a saber de el.

Grite de emoción- Ha, Ian!

Me abrazo, claro que correspondí su abraso, y le dije.- Te extrañe todo este tiempo- Y le di un tierno beso en la mejilla (ósea era mi mejor amigo) Eduardo lo vio todo. Claro quien pensaría que él estaría aquí. Adentro.


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⏰ Última actualización: Jul 08, 2016 ⏰

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