IX

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A Thor le preocupaba que Loki se sintiera celoso de como siempre estaba pasando tiempo con Vali. De que él apenas pudiera cargarla. Como él y la niña pasaban horas jugando a orillas de la cama, soltando risas y gorgojos.

Pero su miedo resultó ser infundado.

Porque Loki tuvo nueve meses con su hija de una forma que Thor jamás podría tener, y a Loki le dolía pensar que Thor estaba siendo dejado de lado; los primeros movimientos del bebé sólo él pudo sentirlos, pues eran tan suaves que no podrían sentirse a través de la piel. Más tarde, cuando su vientre creció, Thor envolvería sus brazos en él y presionaría la mejilla para escuchar, desesperado por sentir a su hijo pateando o sentir su corazón latiendo.

Loki ya había tenido mucho. Thor aún necesitaba llenarse.

Así que él se limitaba a sonreir cuando su hermano le hacía cariños a la bebé. Haciendo un juego de contar cuantas veces en un día Thor tendría que cambiarse de ropa: ya sea por que él no quería hacer que su pequeña usara un pañal y ella lo ensuciaba; o él abría un pañal demasiado pronto y el viento frío lo sorprendía, así que termiana sucio de nuevo; o porque ella le eructó sin un trapo de nuevo y el hombro le quedó cubierto de regurgitación; o porque él trató de alimentarla con puré de guisantes y ella estornudó, por lo que Thor quedó cubierto en el materia verde viscoso.

El numero nunca es inferior a tres. Thor mantiene la lavandería de Asgard ocupada.

BLUE // ThorkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora