"Recuerda Helen, a las 20:30 en mi casa, no olvides la invitación."
Las palabras de Mandie se repiten una y otra vez en mi cabeza mientras la peluquera me ondula mi cabello rubio.
- Ya estás, cariño.- Dice y me levanto del sillón acolchado. No soy su hija ni nada por el estilo, no sé como puede tratarme con tanta confianza la verdad.
- Oh cariño, ¡estás preciosa!
- Gracias mamá...
Llevo un medio recogido, con trenzas de raíz en la parte de arriba que desembocan en una especie de moño y el resto del pelo ondulado suelto.
- Vamos a casa a vestirte.- Me indica saliendo de la peluquería y dirigiéndose al coche.
- No sé porqué tengo que ir tan arreglada, es sólo una reunión de amigos en casa de una compañera.
- Fiesta, hija.- Me corrige.- Es una fiesta, la primera que has tenido nunca y hay que aprovechar.
- He ido a muchas fiestas por el cumpleaños de Rachel...
- Rachel es un caso a parte, ella no es...
- ¿Es...?
- Hija, tu sitio está entre los más populares, por algo estudias en el mejor colegio del país.
- Estudio allí porqué os lo podéis permitir.- Me explico.
- Sí, y ya eres mayorcita, debes vivir experiencias adolescentes como las que tiene todo el mundo, no quedar con una amiga todos los sábados por la noche, ver una de esas películas japonesas tan malas y volver antes de las 11 a casa.
- ¿Me incitas al mal?- Digo extrañada, este no es el prototipo de madre que tiene la mayoría de gente, digo yo.
- No hija no, te incito a que vivas la vida ¿cómo afrontarás tus problemas más adelante? Cuando tengas hijos no sabrás como actuar...
- A lo mejor salen como yo.- Digo, pero hace una mueca. ¿Tan rara soy?
Que no me guste emborracharme ni drogarme mientras mis amigos participan en orgías no es nada malo, digo yo... ¿A caso me he pasado?
- Ya hemos llegado, vístete y cena algo antes de irte...- Suelta una risita baja y entra en casa. Yo la sigo ignorando su reacción y entro en mi cuarto.
No paro de pensar en si él de verdad asistirá a la fiesta. Me gustaría verle y darle las gracias de verdad por indicarme la clase, aunque llevo años en ese instituto y me la sé de memoria... pero la intención es lo que cuenta. ¿Tendrá novia? O peor, ¿y si no le interesan las chicas? La musica demasiado alta del vecino me devuelve al mundo real y me miro al espejo. Estoy asustada, no por los gritos descomunales que pega el cantante de ese disco si no por lo que me está pasando. Nunca me había interesado por nadie quien no fuera Rachel, mi mejor amiga. Ni siquiera entendía su relación con Charlie, no creía en el amor, básicamente.
Me retoco el pelo y me pongo unos pendientes dorados largos y busco en mi armario el vestido. Me quito mi ropa y me quedo en ropa interior mientras me dirijo a la parte alta de mi armario para coger el vestido que tanto le gusta a mi madre, y la verdad es que no me disgusta.
Es violeta y sólo tiene un tirante repleto de pedrería brillante. En el pecho para y vuelve a aparecer en la cintura. A partir de ahí un volante de tela, abierto de un lado cae hasta la mitad de mi muslo. Me veo muy distinta, sobretodo cuando me calzo los tacones, nunca antes me había visto así. Suerte que estamos a finales de abril porque llevo la espalda descubierta.
- Hija, te he preparado un sándwich, baja antes de que venga el chófer.
Me pongo colonia y bajo las escaleras blancas y amplias poco a poco para no caerme.
- Oooh, ¡estás encantadora!- Grita Paolo entusiasmado.- ¿Quién la ha maquillado?- Pregunta.
- En la misma peluquería, había también un spa, cosa que me ha ido muy bien.- Le responde mi madre.Mientras ellos hablan de la radiante piel que le ha quedado a mi madre después de su sesión de spa en el salón yo me como un sándwich de pavo que hay sobre la encimera y me lavo los dientes antes de marcharme. Por un momento pienso que el cepillo es eléctrico pero después me doy cuenta que no, que soy yo quien está muy nerviosa.
El chófer pica el timbre y mi madre me repasa los labios con el pintalabios granate.
- Suerte hija, y tranquila, no tienes hora por ser tu primera vez...- Me guiña un ojo.
Resoplo y salgo por la puerta. Espero dar la talla.
Han pasado 20 minutos mínimo cuando el chófer para delante de una casa enorme con columnas gigantes y flores envolviéndolas. Hay hasta un pequeño estanco rodeado de plantas exóticas que nunca antes había visto y todo, absolutamente todo está envuelto en cintas rosas y blancas. Camino por el corto paseo de piedra hasta llegar al timbre. Al picarlo casi ni lo escucho por la musica que sale del interior de la casa.
Mis nervio augmentan a cada segundo que paso ahí de pie esperando a que abran la puerta, incluso empiezan a entrarme las dudas, ¿debería estar aquí? Una pareja, salen del patio interior de la casa saltando el muro de piedra que hay a un lado de la casa y se tiran en el estanco riendo y corriendo. ¿Qué coño?
Cuando estoy a punto de echarme atrás un hombre trajeado junto a Mandie abren la puerta.
- ¿Helen? ¿Cuando has llegado?- Pregunta sorprendida al verme.
Me alegra saber que no voy demasiado arreglada, Mandie va tres cuartos de lo mismo que yo, pero claramente, su vestido es más llamativo que el mío: rosa y con lentejuelas por todas partes.
- He picado...- Me explico.
- Pues pica dos veces la próxima, casi ni se escucha el timbre aquí dentro, por cierto, son las 9 pasadas, puntualidad Helen.
- Sí, sí, es que no sabía que tu casa estaba tan lejos...
- Bueno, pasa, ahora hablamos de eso.
El hombre trajeado, quien me huelo que es su mayordomo o algo por el estilo, me invita a pasar con la mano mientras que Mandie sale echa una furia hasta dónde está la pareja.
- ¿¡PERO QUE MODALES SON ESOS!? ¡ESTÁIS EN UNA DE MIS FIESTAS, NO EN UN PROSTÍBULO! VESTÍOS Y LARGAROS DE AQUÍ INMEDIATAMNETE.- Les espeta, y en este momento desearía no ser ninguno de ellos.
Dentro está lleno de gente arreglada y bailando. Camareros se pasean arriba y abajo con copas de champán y canapés de tamaños minúsculos pero deliciosos. En el patio, tres cuartos de lo mismo, pero hay una gran mesa con ponche y... ¡Pizza!
Por dios, que bien. Me acerco a la gran mesa pasando por un puentecito de madera que cruza la piscina.
- Ei Helen, no te había visto, ¿Qué te parece la fiesta?- Me pregunta Lewis, quien está apoyado en un canto de la mesa hablando con los chicos del equipo de fútbol y que se ha girado dejando a medias la conversación para saludarme. Que majo es, Mandie tiene mucha suerte.
- Pues acabo de llegar, y de momento bien pero esos canapés minúsculos no llenan nada el hambre.
- ¿Verdad que no?- Dice riendo.- Fue idea mía traer pizza, a Mandie no le parecía muy formal así que la ha sacado fuera.
- Por eso casi todos estamos aquí fuera, supongo.- Digo haciendo comedia y Lewis me sigue el royo.
- Si buscas a las chicas, Meg está enrrollándose con Harry en el porche y Tiff está con Justin y Peter en la barra.
- No creo que vaya a ver a Meg...
- Bueno, pues si vas a la barra, ¿me traes otra cerveza?
- Claro.- sonrío.
- Gracias, no me muevo de aquí, ya sabes donde encontrarme.- Me sonríe.- Por cierto, estás muy guapa.- Me dice antes de que me vaya.
Camino hacia la barra de bar que hay al otro lado del patio pensando en lo que me ha dicho, y me siento mucho más confiada, espero que esta sea una buena noche.
ESTÁS LEYENDO
TÚ, TÚ, Y SOLO TÚ #PGP2017
Teen Fiction¿¡El chico más popular del instituto es mi vecino!? ¿La chica más popular es una esnob? Helen Parks es una alumna brillante y miembro del club de fotografía. Ella siempre ha vivido una vida tranquila al borde de la sociedad adolescente hasta que...