Un amor ahogado en llanto

Mi nombre es Paulina.

Me llamo Paulina, tengo 17 años, vivo en Colombia con mi madre. Cuando tenía un año mis padres se separaron, me quedé con Daniela, mi mamá y de vez en cuando visito a mi papá Adrián quien decidió irse hace un tiempo a Estados Unidos.

No es tan malo ser yo, tengo muchos amigos, estoy casi siempre fuera de casa, paseando, en fiestas, en casas de otras personas. Tengo un novio, Martín, no es un novio maravilloso, pero lo quiero. Tengo un trabajo de modelo, de vez en cuando, el demás dinero lo gano haciendo trabajos, arreglando el jardín, limpiando el auto, acomodando las cosas en casa, sacar a pasear los perros del vecindario, todo ese tipo de cosas.

Tengo el cabello marrón tirando a negro, los ojos grises con tonos verdes, la cara cuadrada y las mejillas metidas, los labios los tengo carnosos y la nariz recta. Mis pestañas son largas y finas, mis cejas son medio gruesas y medio largas. Tengo el cuello bastante alto y la clavícula bien marcada. Tengo el abdomen marcado y las piernas muy musculosas ya que desde pequeña hago ballet y gimnasia rítmica. Y si hay algo que me heredó mi madre fue pecho y trasero.

Me encanta comer, pasear con mis perros, dormir, leer, escribir, actuar, bailar, ver televisión, tomar fotos, cantar, cocinar, tocar piano, y estar con mi abuelo.

Mi abuelo es la persona más inteligente, dedicada, cariñosa que conozco, casi todas las tardes voy a pasar tiempo con el, a comer, jugar ajedrez, jugar a las cartas, platicar, lo que sea, desde siempre ha estado presente en todo momento, antes mi madre lo estaba pero desde que tuvo un súper aumento, se casó y tuvo a otro hijo (mi medio hermano) ya no está, solo me da las cosas que le pido, que es mucho pero no suficiente. Las únicas veces que realmente pasamos tiempo juntas es en las vacaciones.

Cualquiera podría decir que es fácil ser yo, y sí, en parte lo es, pero me siento vacía, algo me falta, algo realmente importante. Pero debo descubrir que es.