Uno.

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Todo empezó en primero de preparatoria...

Me acuerdo perfectamente bien de como comenzó esto, el amor.

Era un miércoles cualquiera, es el día que menos me gusta de la semana, por obvias razones llegue con mi entusiasmo por ir a la escuela hasta el suelo, tuve mis primeras tres clases: álgebra, química e informática, todas con la maestra que menos me agrada, la Señorita Lucy.

Después de terminar mis cuatro módulos de infierno, prosigue el descanso, aquí empieza todo. Como era de costumbre, me fui con mis amigas; Emma, Valeria y Catherine. Salí del salón diez y me dirigí a las mesas que se encuentran en el patio principal.

Como era de esperarse, todos los hombres de mi grupo empezaron a jugar fútbol soccer, y por alguna extraña razón, sentía una mirada, pero, era agradable, no tenía la menor idea de quién podría estar mirándome, hasta que lo vi.
André.

Al instante Emma me pregunto sí estaba bien, mi mente estaba enfocada en su mirada, así que no conteste, hasta que grito:

- ¡YANZA!

- ¿Qué pasa Emma?

- Te quedaste en blanco por un momento- lo dice en tono de burla- ¿te encuentras bien?

- Sí, lo siento, tengo muchas cosas en la cabeza, mejor las veo en clase.

Se me hizo extraño que se me quedara viendo, así que lo ignore. Dieron el toque para entrar a las siguientes clases, me dirigí al salón de música, saque mis libros, mi flauta, he hice como sí no hubiera pasado nada, claro que ese pensamiento no salía de mi cabeza, hasta que empece a hacer supocisiones, de que tal vez había alguien atrás de mi u otra cosa, así que lo olvidé.

Salimos de la escuela, llegue a mi casa, fui directamente a mi cuarto e inmediatamente me acosté, unos cinco minutos después escuche el sonido que hace el celular cuando te llega alguna notificación; saqué el celular del bolso, lo prendí, y vaya sorpresa, era André.

-Hola, ¿cómo estas?

- Hola, bien ¿qué hay de ti?

- Estoy bien, gracias por preguntar.

- Sí, ¿qué cuentas?

*Prosigue la plática*

Se me hacia tan extraño que el me hablara, estuve un tres  años con el, y hasta ahora se nos ocurre hablar.

Al día siguiente, llegue a la escuela y en la entrada estaba el, me estaba esperando, caminamos un rato y a final de cuentas ambos nos tuvimos que despedir.

¿Podrá ser?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora