Tres.

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Paso un año y medio, seguía igual de ilusionada que antes, feliz, y locamente enamorada. Antes odiaba los sábados y esperaba con ansias el lunes, sólo para verlo. Sí un día no iba a la escuela, me daba un terrible bajón de ánimo. Y sí estábamos todo un día juntos, no me verías hasta que diera el toque de salida.

Así fue, hasta que un día Valeria se enteró de mis sentimientos hacia André.

Era un viernes y Vale y yo nos dirigíamos a la tienda, teníamos un enorme antojo de un vaso de pepino con sal, limón y chile. Ese día nos tocaba música con el grupo de André, así que en el camino nos lo encontramos con sus amigos, yo pensaba:

- Dios, no ahora, Vale se enterara, y me podré rosa como un camarón.

Pasamos junto a ellos y no pude evitar sonreír y por supuesto, ponerme rosa, el olía tan bien que tenía unas enormes ganas de aventarme hacia el y abrazarlo para que su olor se quedará todo el día en mi sudadera. Y así fue como Vale se enteró.

- Alguno de ellos te gusta, ¿no es así?- lo dijo en tono de burla-

Ya no les podía mentir más a mis amigas, así que, lo dije.

- Sí, lo siento por no decirles, lo que pasa es que tenía miedo y que me rechazar....

Me interrumpe.

- Espera un momento, ¿qué?

- Si, pero, por favor, ahora no digas nada, yo quiero decírselo a las chicas.

- Esta bien.

- Es André.

- Oye, no está tan mal- lo dice con una cara que da miedo-

Como era de esperarse, las chicas se enteraron días después, y por culpa suya me ilusione cada vez más.

Créanme, amo a mis amigas, pero son de esas que siempre te dirán:

"Seguro le gustas" o "Te está viendo, si, definitivamente siente algo por ti"

Y sí ellas creen que el no siente nada por ti, simplemente no dirá nada.

¿Podrá ser?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora