Cuatro.

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Conforme pasaron los meses, me seguía gustando, y por ciertas personas, todo mi grupo ya se había enterado de mis sentimientos hacia André, a casi nadie le parecía, pero a mi me daba igual, seguía igual o un poco más ilusionada que antes, no podía creer que al fin podía sentir lo que en realidad es querer a alguien de una manera inexplicable, sentir que cada rasgo importa en aquella persona, fijarte en los detalles que nadie más que tu toman en cuenta, que casi dependiera de el tu estado de ánimo.
Dios, estaba tan contenta que nada ni nadie podía arruinarlo, excepto André, y ahí sucedió un "problema".

Todas mis amigas al verlo me hacían burlas:

- "¡YANZA! Mira quién esta ahí"

- "Oh por Dios, te esta viendo, tal vez quiere que vayas con el"

Y precisamente por esto, el empezó a sospechar.
Por consecuencia de esto, tuvo que preguntar:

- Hola Yanza.

- Hola André.

- Oye, ¿puedo preguntarte algo?

- Claro.

Yo no tenía ni idea de que quería saber.

- Pero, responde sinceramente, ¿sí?

- Sí, ¿qué ocurre?

- ¿Yo te gusto?

En ese momento, estalle. 
Tarde en contestar mucho tiempo, y fue una respuesta muy boba, pero mi cerebro colapso en ese momento, ¿qué más podía hacer?.

- Mira André, siento que no es apropiado decirte esto por chat, ¿no crees?.

- Sólo tienes que contestar "sí" o "no".

- ¿Qué te parece sí mañana lo hablamos?.

- Esta bien.

Estaba tan nerviosa, no pude dormir en toda la noche, no paraba de pensar en como lo iba decir, y tampoco en que momento.

Llego la mañana y yo no quería ir a la escuela por temor al rechazo y al momento incómodo que tal vez viviríamos.

¿Podrá ser?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora