El Castillo de Merosso

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Dentro de los secretos de Arcadia, existen lugares sagrados que los demonios no se atreven a mancillar. Entre esos lugares podemos encontrar, la iglesia de la Dama Ciega, las Ruinas de Khaha tul ha y el Castillo de Merosso.

Merosso era un soldado que participó en la segunda era, en la batalla de Lehodric. No tenia grandes habilidades y tampoco era conocido por nadie importante, pero cuando Edwin el Dragón doble ala, revivió luego de ser difícilmente derribado, todos dejaron caer sus armas y corrieron por sus vidas. Soldados, capitanes, generales y reyes presentes. El fin había llegado, todos huyeron menos Merosso. El no tenia la fuerza para blandir una gran espada, ni destreza para el combate, pero su valor y fe impidieron que este se moviera del lugar. Pero no fue la idea de que Edwin era inmortal o de que un solo golpe de sus garras podría fracturar todo su cuerpo y levantarlo a kilómetros de distancia. Fue su convicción y entrega a la Dama Ciega que hizo bajar un Serafín del cielo para arrojar una lanza directamente al ojo izquierdo del dragón.

Al caer y desaparecer entre una mezcla de humo y almas negras, atrapadas en su cuerpo y probablemente corrompidas con los años, Merosso confirmó todo contacto con lo divino. Desde ese momento podría ver ángeles, energía oscura, almas en movimiento, seres de luz y bestias del abismo. Ese día fue proclamado Héroe Épico, Tesoro Vivo, Santo, Gran Maestre y Alto Sacerdote de la Iglesia de la Dama Ciega.

Ese solo fue el principio de grandes milagros que realizó y fue entonces que todos serian testigos del poderoso vinculo que mantenía con la Dama Ciega.

Dentro de sus grandes historias, se encuentra el viaje a las Puertas de Arak Bun Saha (principal fuerte y avanzada del abismo) Acompañado de un ejercito de diez mil hombres, los cuales solo fueron testigos de sus milagros, pues al llegar a las grandes y largas puertas ascendentes, estas se abrieron empujadas por gigantes, los cuales portaban armaduras y eran la principal defensa de Arak Bun Saha. Pero ellos no lucharon, solo abrieron las enormes puertas y se retiraron, para dar espacio a tres gigantes de magma, casi tres veces más grandes que los anteriores, semejantes a un titán, con grandes pilares gruesos de mármol en vez de garrotes como los que portaban los de la entrada. Morosso no titubeó. Se separo del ejercito y solo, se acercó a los gigantes, extendiendo sus brazos y con los ojos cerrados le dio la cara al sol. Lentamente acercó su palma extendida al corazón y juntando los dedos en forma de pinza creando un circulo casi perfecto exclamó.

-Iiiuuuuuoooommm

Fue un sonido que provocó un ventarrón solo hacia delante con una fuerza tan enorme que parecía que el mismo planeta respirara. Pero los gigantes no fueron empujados y resistieron el huracán que se estaba formando delante de ellos. El ejercito detrás de Merosso estaba tan impresionado con lo que estaba sucediendo que varios hombres botaron sus armas y comenzaron a rezarle a la Dama Ciega llorando y arrodillándose ante un huracán que con el cuerpo de los gigantes comenzaba a prender fuego.

Aun resistiendo el fuerte viento que amenazaba constantemente con volar las enormes puertas de la fortaleza, los gigantes resistieron el enorme poder que los cubría. Merosso confiado, solo sonrió, mientras su cuerpo se encontraba estático en la posición generando esa fuerza descomunal.

Mientras tanto los gigantes comenzaron a avanzar lentamente, con sus brazos entrecruzados para parar de mejor forma el viento, pero mientras más avanzaban más se desvanecían en arena, hasta el punto que se convirtieron en una masa de polvo atrapada en los remolinos.

Frente a esto Merosso se detuvo, de dio media vuelta y gritó a su gente.

-¡Soy el instrumento de la Dama ciega, a través de mi se harán mil milagros!

Los soldados se levantaron rápidamente, gritando, emocionados por la victoria y por la magia que se vivió en ese momento.

Los milagros de Merosso están escritos en el libro "La iglesia de la Dama Ciega" donde se comentan sus aventura y epifanías que comenzaron a manifestarse en la tercera era.

Con el tiempo Merosso edifico su castillo, donde creo la Orden de la Dama Blanca, la cual consistía en un grupo de Sacerdotes Eruditos que investigaba los milagros de la Dama Ciega y experimentaba con ellos sin ningún tipo de restricción, ya que era un territorio difícil de alcanzar para todos sus enemigos y a la vez, este representaba el alto nivel de fe y magia que poseía la iglesia. Aunque en el ultimo tiempo de su vida, realizo comentarios que no le gustaron al Gran Edificador de la iglesia, la gente se fue olvidando de esas riñas internas por la interpretación del libro. Ya en la tercera era, los restos del castillo desaparecieron. Pero varios testigos dicen haber visto algo similar en distintas partes del reino. Muchos dicen que la Orden de la Dama Blanca sigue en pie y que esta esperando que despierte el mal supremo para salir del velo del misterio y alzarse contra este.

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