Capítulo 14

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Desperté en una habitación de hospital, y curiosamente no recordaba qué había pasado, o qué momentos había vivido durante aquel día para que me hubiesen llevado a aquel lugar que tanto detestaba, y por más que forzase a mi mente, no daba ningún resultado. Lo peor de todo es que aunque acabara de despertar, mis ojos pesaban, y tenía un fuerte dolor de cabeza, que aparentemente me demostraba que había consumido demasiado alcohol, pero yo sabía que ese motivo no cabía dentro de las posibilidades sobre lo que me había ocurrido.

Entonces alguien abrió la puerta, y rogué para mis adentros que supiese lo que me había sucedido y estuviera dispuesto a contármelo. Era Nick. Gracias a que nuestras miradas se cruzaron, pude recordar todo aquel día como un flash, sin la necesidad de que él me lo contase. Su mirada además, me transmitió cansancio, y fue entonces cuando me pregunté qué hacía visitándome a altas horas de la noche, y cómo se había enterado tan pronto de mi desmayo.
Y si había sido él el que me había amenazado y envenenado? Sonaba demasiado extraño y cruel culparle de algo tan grave, más todavía sabiendo que carecía de muchos datos, pero solo con saber que minutos atrás de aquella situación me encontraba con él, inconscientemente lo culpaba.

-Cómo te encuentras? -preguntó demasiado preocupado por mi salud.

-Bueno, mejor, supongo. Al menos ya me he despertado -y entonces caí en la cuenta de lo que acababa de decir; no era bueno, porque necesitaba hablar con Arthur cuanto antes: alguien me estaba amenazando.

-Pues sí, porque entonces ya me puedes contar lo que te ha sucedido. Me tienes intrigado.

-Ni yo misma lo sé Nick, estoy desconcertada. Salí de la biblioteca y alguien me persiguió, y entonces desmayé a causa de una extraña y venenosa fragancia -omití por completo el mensaje que me envió aquella siniestra persona, porque no quería que se percatara del asunto-.

-Qué extraño todo. Lo que no acabo de entender es por qué te fuiste de la biblioteca tan precipitadamente...-al comentarme eso, fue entonces cuando recordé también que me fui porque él estaba teniendo una actitud muy sospechosa conmigo, como si supiese algo y lo ocultara-.

No hizo falta que contestase, porque de repente alguien abrió la puerta y pude ver que era mi madre. Realmente su presencia no me confortaba, y por la expresión que puso Nick, a él tampoco: le estaba incomodando, y la tensión que había en el cuarto lo hacía evidente.

-Cariño necesito que hablemos. Tengo que darte una buena noticia -dijo mi madre evitando la mirada que le estaba lanzando Nick, como si la irritase por dentro-.

-Está bien. Ya vendré a visitarte otro día -dijo Nick mientras cogía el abrigo y se marchaba rápidamente, esquivando por completo a mi madre-.

-Mamá, cómo que otro día? Cuántos días tenéis pensado encerrarme aquí? Si ya estoy bien... -fruncí el entrecejo extrañada, pero sobre todo, preocupada-.

-Es parte de lo que tengo que contarte -sonrió como si se alegrase por mí; sin embargo, yo capté una pizca de maldad en ella-.

De una pesadilla, un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora