~1~ Rival

52 5 1
                                    


—¡Fíjate!— gritaba mientras corría entre la gente que iba caminando por la calle. Los sonidos de los carros resonaban en mis oídos.

Pasaba empujando a algunas personas que se atravesaban intentando llegar al autobús escolar. Por fin llego a la parada y me subo a justo tiempo.

-Hola Larry- dije saludando al chofer

-Kassia- dijo haciendo un ademán con su gorra mientras sonreía. Empecé a caminar por el estrecho camino del autobús intentado buscar un buen lugar. A los pocos pasos me encuentro con la persona que más odiaba en el mundo: mi rival, Alexander.

-¡Tarde! Otra vez- grita Alexander desde su asiento. Sus amigos sueltan una carcajada.

-¡Idiota! A eso ya eras- le grite de respuesta. Sus amigos se volvieron a reír y le decían comentarios como "te humillo una niña" o "tiene razón si eres un poco idiota".

Seguí en mi búsqueda de un buen asiento cerca de alguien que soportara. Encuentro un lugar vacío a un lado de mi "mejor amiga" Stacy.

Ella es la típica barbie plástica. Aún así ella me considera amiga y en algunos momentos (sobre todo cuando involucra algún chico) ayuda mucho tenerla. Ella tiene un novio nuevo cada tres días. Creo que su récord fue de una semana. En verdad no se la razón por la que me considera su amiga. Y no me mal entiendan yo la quiero mucho pero es un poco extraño que sea amiga mía.

-Hola nena, ¿cómo te va?- dijo con un tono presumido.

-Hola- me senté y rápidamente me besó ambas mejillas. Pasó su larga melena rubia por su hombro.

-¿Qué es ese peinado?- preguntó. La verdad pensaba llegar más temprano a la escuela así que no tome mucho tiempo en realizar mi peinado, era solo una coleta de caballo sin cepillar. -Ven acércate- me dijo.

Saco un cepillo de su bolso que parecía muy caro y lo paso por mi enredado pelo castaño obscuro. Dolía pero aún así creo que era mejor que ir con mi cabello despeinado a la escuela. Me volvió a hacer mi coleta pero esta vez quedo perfecta, ni un pelo fuera. Hasta me puso un moño encima de la coleta.

-Gracias- dije pasando mi pelo por detrás de mí hombro.

-De nada- dijo con una sonrisa perfectamente blanca.

-¿Y cómo vas con Max?- pregunté para sacar un tema.

-¿Quién es Max?- dijo poniendo sus largas uñas postizas pintadas de rosa fosforescente en su barbilla. Tenía una manicura perfecta.

-Tu novio. Alto, ojos cafés, linda sonrisa. ¿No te suena?- dije curiosa.

-Ah, ese. No sirvió de nada más que para regalarme esta pulsera- me mostró una bellísima pulsera con forma de infinito -¿Te gusta? Te la regalo- Se la quitó y me la puso a mi.

-G-gracias- dije un poco apenada ante el regalo.

-Si no para que somos amigas, tú me recuerdas a viejos novios y yo te regalo lo que no me importa tener de ellos- dijo sin darle mucha importancia.

Me estaba contando sobre su lista de próximos novios, la verdad no le puse atención. Me aburrí tanto que el camino se me hizo larguísimo pero llegue viva.

Baje por las escaleras del autobús, cuando ya iba en la última perdí el control y caí. Puse ambas manos así que el impacto no fue grave. Me levante y me sacudí un poco, entonces vi que no me había caído por estúpida si no por Alexander. Ese inepto me había puesto el pie para que cayera. Al darme cuenta de que fue el le di una fuerte patada debajo de su rodilla.

Enemigo, ¡me gustas! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora