~11~Padre Whitefox

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Al llegar al auditorio nos encontramos con unos veinte rostros más. Pase la vista por cada uno de ellos. Eran muy diferentes a nosotros dos. La mayoría usaba lentes extraños y camisas a cuadros. Se fajaban hasta donde no podían más, también tenían peinados perfectos. En cambio Alexander y yo estábamos con jeans, desfajados y un poco despeinados. Alguien entra por la puerta sacándome de mis pensamientos.

-¿Llegó tarde?- pregunta. Era Matt.

-¿Qué haces aquí?- pregunté.

-Soy el segundo de la generación- dijo Matt orgulloso de sí mismo, Alexander soltó una fuerte carcajada, sentía la rabia correr por cada vena de mi cuerpo -¿Te ríes de mí?

-N-no- contestó Alexander entre risas.

-Cállate- dije susurrando, mi comentario hizo que Alexander riera más fuerte.

-Kander, son tan tiernos- dijo Matt.

-Tu igual, cállate- le dije a Matt.

-Bien numero tres, vamos a avisar que ya llegamos- dijo Alexander haciendo un tono especial para referirse a que era la número tres.

-¿No que estabas nervioso?

-Si, y mucho.

-No parece- se encogió de hombros y avanzó hacia el jurado.

Avisamos que ya habíamos llegado y nos dieron dos números. Para la suerte de Alexander a mi casualmente me tocó el número tres. Eso hizo que Alexander estallara en carcajadas. El era el diez así que estaba en los de en medio, Matt era el último.

La competencia comenzó con una chica llamada Mylisent Marrlenson, nunca le pondría ese nombre a mi hija aunque estuviera de moda. Después un chico llamado Zamilson Tucky, ¡que nombres tan horribles! Y después, después estaba yo.

Escuche mi nombre fuerte y claro "Kassia Clyde" los nervios me invadieron en el momento y escuchaba todo con un eco de fondo.

-Señorita Clyde deletree "disimulación" por favor.- dibuje la palabra en mi mente.

-Disimulación D. I. S. I. M. U. L. A. C. I. O. N. Con acento en la "O" disimulación- dije segura de mí misma.

-Correcto tome asiento- pasaron los números cuatro, cinco, seis, siete, ocho y nueve. Era el turno de Alexander. Su nombre sonó hacia por el auditorio. "Alexander Whitefox".

Alexander se levanto de su asiento, fue directo al auditorio. Subió por los escalones con cuidado, en el último se tropezó un poco pero casi no se noto. Llego al micrófono y espero la palabra.

-Señor, por favor deletree hipótesis.- Era la misma palabra que yo le había dicho cuando estábamos practicando en el autobús.

-Hipótesis- empezó Alexander -H. I. P. O. T. H. E. S. I. S. Con acento en la "O". -¿Agregó una H?

-Lo siento, esta incorrecto- Alexander volvió a su asiento un poco derrotado. Buscaba a alguien con la mirada entre el público.

Matt dijo su palabra rápido y fácil. La saco correcta. Para el final de la primera ronda se habían reducido a ocho.

Pasamos a la siguiente ronda, yo y Matt la sacamos correcta, ya solo quedaban tres.

Yo, Matt, y un chico llamado Sadesterson Mickyaler.. Los nombres iban de mal a peor. Hubo unas cuatro rondas en las que nadie perdió.

Era el turno de Matt.

-Innovador- pidieron los jueces. Por favor, ¡que sencillo!.

-I. N- volteo y me guiñó un ojo -O. V. A. D. O. R.

-Incorrecto, tome asiento.- Matt volvió a su asiento y me miró. Me levanto el dedo pulgar indicando suerte.

Pasaron unas seis rondas más y nadie perdía.

-Ignífugo- pidió el jurado. Sadesterson se levanto. La deletreo equivocándose.
Por fin esto se había acabado.

Me dieron una simple medalla. Yo salí para presumirle a Alexander y para preguntarle porque demonios no había podido responder bien. Veo que iba caminando por el pasillo, estaba muy lejos de donde se supone sería nuestra siguiente clase. Iba acompañado de un hombre. Parecía fuerte y le sacaba una cabeza de altura a Alexander. Estaba vestido de traje formal. Él hombre empezó a hablar cuando se puso detrás de unos casilleros.

-Pensé- se detuvo y miro alrededor asegurándose de que no había nadie cerca. Me metí a un salón rápidamente, no me vio, continuó -Pensé que ganarías ese maldito concurso, no que lo ganaría esa estúpida niñita. Al parecer no entendió la lección.

-Lo... Siento.

-Yo quería un hijo perfecto ¡no a ti! Desgraciado- le dio un fuerte puñetazo en la mandíbula. Alexander ahogo un grito. -Más te vale volver temprano a casa- le dio un rodillazo en el estómago y lo aventó contra los casilleros.

Después de eso se fue, la cólera me fue invadiendo. Quería salir y gritarle a ese viejo que tratará a su hijo como un ser vivo. Pero en vez de eso espere a que se fuera metida en el salón. Cuando lo vi suficiente lejos me acerqué a Alexander.

-Alexander... Yo- empecé.

-Así que viste todo- chillo un poco al levantarse -¿Necesitas explicación o podemos dejarlo como si no hubiera pasado nada?

-¡No entiendo!- grite estaba frustrada.

-¿Una explicación?- asentí con la cabeza -Mi padre, es mi padre. Quiere que sea el hijo perfecto como el. A tenido muchísimas novias, muchísimo dinero, un trabajo importantísimo, según él lo único que estuvo mal en su vida fuimos yo y mi madre. Mi madre me dejo en la puerta de mi padre y se largo. Mi padre pensó darme en adopción pero según el " su imagen se hubiera visto mal" así que se quedó conmigo, quiere que sea el hijo perfecto, pero siempre hay alguien que me supera en casi todo, esa eres tú.

-¿Por... Mi culpa te golpean?- estaba petrificada.

-No... No, bueno mi padre sabe que hay una chica que... Que me supera en algunas cosas, quiere que le diga su nombre, creo que ya sabe que eres tú pues la vez que te golpearon al verme salieron corriendo hablando dijeron algo así como "señor Whitefox, ya encontramos a la chica".

-Y... ¿Por qué no me dijiste antes?- pregunté.

-Sabía que te alejarías de mi, no quería perder a mi rival- me dio una ligera sonrisa.

-Por favor, ¡no dejes te maltraten así!- dije on la voz entrecortada.

-Ya se, tú eres la primera que lo sabe así que no digas nada ¿si?- asentí -Nos vemos Kassia.

Me dio un pequeño beso en la frente y se fue, me quede sola.

Enemigo, ¡me gustas! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora