11

2K 217 32
                                    

Lentamente fui recostando a Noah en la cama.

Él temblaba levemente, asustado de lo que estábamos a punto de hacer.

—Si no estás listo, me detendré– Le dije. Quería que Noah se sintiera seguro.

—N-No... está bien. Puedes seguir– Noah soltó un suspiro nervioso, sin embargo, se acercó a mi y me dio un beso en la comisura izquierda de mis labios– Yo en verdad... quiero hacer esto contigo—

Miré sus ojos miel, buscando alguna pista de que estuviera mintiendo, pero no. En sus ojos había un brillo que no había visto jamás, en verdad estaba seguro. Por un instante, me di la pequeña esperanza de que podía ayudar a Noah a superar todos sus miedos, que estaríamos los dos juntos para siempre.

Por un momento, me di la oportunidad de imaginarme una vida al lado de Noah.

Con sumo cuidado, lo fui desvistiendo, dando pequeños besos en cada centímetro de piel que podía. Su piel era tan suave que tenía miedo de lastimarla, más de lo que él mismo se había dañado; o lo correcto sería decir, de lo que su piel había sido dañada.

Hacer el amor con Noah fue lo mejor que me había pasado en la vida. Nunca me sentí tan unido a él como esa noche. Sin embargo, en la mañana siguiente, Noah ya no estaba.

En su lugar había una simple notita que decía:

"Lo lamento."

En ese momento me di cuenta la razón por la cual Noah se había acostado conmigo.

Esa había sido su despedida.

NoahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora