Capitulo TdA IV: Fuertes Sentimientos

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Lea despertó temprano, con tiempo de sobra para llegar a tiempo al desayuno, pero... tuvo serios problemas al tratar de moverse: su cuerpo estaba totalmente adolorido.

"¡¿Pero qué...?!", iba alegar a sus adentros cuando vio el origen de su molestia: moretones completamente inflamados por todo el cuerpo, consecuencia por ser víctima de la técnica "Ice Opresión". En eso Lea recordó por qué había sido atacada por tal técnica y su semblante se entristeció, dejo de quejarse al instante, porque sabía que en el fondo merecía ese castigo.

-> ¿Hermana...? -escucho una voz desde el salón de la elegante y lujosa habitación- ¿Ya te despertaste?

->Mmmm... -fue su penosa respuesta, no tenía ánimos de hablar con ella.

-> ¡Qué bien! -sintió que la pequeña se subió a la cama- Porque te traje el desayuno -la voz de la infanta parecía entusiasta, pero Lea sabía que la niña lo hacía porque sabía que ella estaba enojada, no con la cría, como creía esta, pero estaba hastiada.

->Déjalo en la mesa del salón -cuando dijo esto sintió el paso de niña detenerse- Me duchare antes de comer -declaro para que no se ofendiera, pero con el tono sin vida que ocupaba era difícil.

Después escucho el sonido de la loza tilintear al dejar la bandeja en la mesa. No quería lastimar a la niña, pero Lea no se sentía con fuerzas para aclarar que no la culpaba por lo de ayer.

En eso sintió un chillido ahogado desde el salón, Lea lo tradujo a que la niña estaba enojada consigo misma y se culpaba de todo, seguido a esto escucho un sonido extraño de un líquido siendo aspirado fuertemente (el que cuando uno llora comienza inconscientemente a tragarse los mocos por la nariz -XD-).

Lea se sintió mal por ella, pero sabía que si se enteraba que había salido herida por lo ayer, la niña se sintiera doblemente peor.

->Lea, con permiso, vengo a visitarte -Naya toco la puerta y entro tranquilamente- Hola Citlali -le saludo armónicamente, se sintieron unos pasos- ¿Te sientes bien?, tienes los ojos, las mejillas y la nariz roja. ¿No te habrás resfriado? -pregunto preocupada.

Lea no pudo contener su risa por la pregunta de Naya.

->La cría me trajo el desayuno, debió haberse enfriado al salir y sobre los ojos rojos.... Déjame decirte que ayer no dormimos mucho -respondió.

->Ya me lo imagino -contesto Naya no muy contenta de que Lea se riera de ella- Citlali, yo me quedare con la amargada de tu hermana. Puedes ir a divertirte, es el último día de fin de semana, disfrútalo -le aconsejo dulcemente.

->De acuerdo -la niña camino hacia la salida- Adiós, hermana -al decirlo una mano salió de las sabanas de la cama y le dio una señal de despedida.

Después de eso se escuchó el chillido de las bisagras de las puertas dobles al cerrarse, pero lo qué Lea y Naya no sabían era que Citlali había dejado las puertas entreabiertas para escuchar la conversación.

-> ¡¿Se puede saber que estabas pensando ayer?! ¡¿Secuestrar a Citlali?!, ¡Y no me vengas con la misma mentira que les dijiste ayer a los maestros!, ¡Agradece que Félix te ayudo! -iba grito tras grito como si fueran balas.

->No lo iba hacer -le respondió Lea serenamente, sin ningún rastro de arrepentimiento, cosa que hizo enojar a Naya.

Una sonora cachetada se escuchó en la habitación e hizo sobresaltar a la cría.

-> ¡Te podrían haber matado!, ¡Sabes que al consejo le importa más estar en paz con los demás mundos, aunque tuviesen que sacrificar al último maestro Avatar por ello! -Naya estaba completamente enfurecida.

Harry Potter y la Heredera de la Magia de Merlín B2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora