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- ¿ya te vas humana? - Ni siquiera se giró, Papyrus parecía estar limpiando la cocina.
- Solo voy a dar un paseo - En parte era verdad, pero tenía ganas de investigar un poco sobre el tiempo pasado.
- Entonces ¡ asta luego ! - Con una sonrisa se despedía el esqueleto que parecía mantener su ingenua amabilidad. Si quería averiguar que sucedía debía ir a alguien que no tuviera tapujos en contarlo todo. Alguien con agallas para decir la verdad y sin miedo.
O al menos eso pensó Frisk que incluso antes de salir se sentía exhausta y echándose la mullida y cálida capucha se sentó en las escaleras de entrada de la casa viendo nevar. Parecía tonto pero había pasado tanto tiempo sin ver ni sentir nada que el frío de Snowdin era reconfortante. Cogió un montón de nieve jugando con el un poco. Realmente lo había añorado.
- ¡Frisk! - La voz aterrada de Sans sonó con fuerza tras ella. Frisk se giró, el otro estaba sudoroso y se movía agitado. Su rostro estaba desencajado.
- ¿Que pasa? - No recibió respuesta solo el golpe del cuerpo del otro contra el suyo abrazándola con mucha fuerza. - ¿Que?
- No me vuelvas a dejar

Sans volvió al cuarto algo más calmado. Habían pasado diez años, de los cuales apenas tres había invertido en sacarla de ayí. Diez años en los que habían pasado muchas cosas. Cosas que lo habían hecho dudar y perder su antigua luz. Ese tiempo en que el cuerpo de la chica se había deteriorado. Nunca debió haberla dejado marchar, tendría que haberse confesado y no dejarla ir. Debió buscar su teléfono extraviado con más determinación.
Cogió aire y entró al cuarto pero estaba vacío. Totalmente vacío. ¿Se había marchado? ¿Había desaparecido otra vez? no había sido lo suficientemente rápido y la había perdido otra vez. Salió corriendo por las escaleras casi cayendo, tenía que encontrarla. - ¡Sans!¡espera! - ignoró al otro y salió casi chocando con el bulto que reposaba en la escalera. Sentía las lágrimas amenazando a amontonarse al ver a la chica jugueteando con la nieve.
- ¡Frisk! - La muchacha se giró sobresaltada.
- ¿Que pasa? - No fue capaz de responder. Se sentía estúpido y aliviado. Realmente era una idea estúpida pensar que la chica pudiera desaparecer otra vez. Pero sentía terror de solo pensarlo. Se tiró abrazándose a la chica con fuerza, no quería despertar y descubrir que todo era un sueño - ¿Que?
- No me vuelvas a dejar - Frisk devolvió el abrazo y comenzó a acariciarle la espalda tratando de consolarlo.
- No... No me he ido - su voz sonó tranquila y calmada, cercana al oído del esqueleto.
- ¿oh? ¿Que hacéis aquí fuera mis niños?- Toriel estaba frente a ambos mirando perpleja o quizás confusa la imagen

- Solo quería tomar el aire - Frisk sonrió con alegría y se levantó pasando su mano por la cabeza del esqueleto entro a la casa. ¿Que había sido eso?¿Que había sucedido? Rápidamente se cambio a la cómoda ropa que Toriel le había dado. Era gratificante volverse a ver como antes, más o menos. Su cabello ahora era largo y su esbelta figura era casi tan alta como Sans. Terminó de arreglarse y estaba a punto de salir del cuarto cuando de entre todo el desorden vio una foto. Sans, Papyrus y alguien en medio que era de apariencia similar a la de Frisk, sobre la imagen estaba escrito «Chara» con bolígrafo como si lo hubiera escrito una y otra vez sobre el mismo lugar hasta hacer un roto en el papel .
Ignorando un poco aquella extraña fotografía salió y bajo las escaleras abrazando la chaqueta de Sans. Toriel estaba haciendo tarta mientras Papyrus discutía con Sans sobre un calcetín, era una discusión pasivo agresiva. Papyrus gritaba mientras el otro veía la televisión.
- Te queda muy bien mi niña - Toriel se asomó con sonrisa amable y ambos hermanos pararon de discutir y quedaron mirando.
- ¡Gracias Toriel! - lanzó la chaqueta que el otro cogió al instante - ¡es muy lindo! - Sans se quedó mirando y sonrió. Parecía más tranquilo.

El tiempo pasaba y las cosas parecían normalizarse, la casa de los esqueletos estaba concurrida por monstruos que querían saludar a Frisk. Papyrus estaba encantado y saludaba a todos de buena gana pero Sans parecía reacio a que otra gente se acercase a Frisk.
- Pap me voy a pasear un poco - En ese momento la casa estaba vacía y quería aprovechar para despejarse y pensar. Papyrus hizo un gesto con la mano despidiéndose con alegría.
Camino sin rumbo por aquellos conocidos caminos entrando en Waterfall, su techo estrellado era realmente hipnótico.
- ¡Ahuhuhu! - Tras ella apareció Muffet con rostro divertido. Esa araña siempre tenía una extraña manera de reír. Su risa parecía anticipar que iba a decir algo que Frisk no quería oír.
- ¿De que te ríes?
- Ella también vino aquí - Su mirada era extraña, una mezcla de diversión y pena.
- ¿Ella?
- No te hagas la loca. Lo sabes, lo intuyes. No eres tonta querida . - La araña volvió a reír con una sonrisa mas que sospechosa - El la trajo aquí, parecían felices, aunque uno lo fingía y otro suplicaba serlo.- Muffet estaba sentada al lado de una flor eco bebiendo lo que parecía té. ¿Porque esas palabras eran tan hirientes? - Aunque le costó entender que ella no eras tú. Su alma no era pura, estaba corrupta desde un principio... Ella no era salvable - Muffet se levantó y acarició los pétalos de la fluorescente flor que inmediatamente comenzó a reproducir

"- Me gusta el lugar, pero no tengo tiempo. Quiero hacerme más fuerte" aquella voz era fría y monótona
"- ¡Hey kiddo! A veces das miedo. Relájate" y la otra voz era la de Sans
"- Voy a ser la más fuerte
- No necesitas serlo "

Frisk retrocedió algo intimidada y Muffet hizo un gesto entristecido - No trato de asustarte, ni darte celos. Evito que hagas preguntas obvias que podrían dañar a alguien. No indagues en eso, ignoralo - La araña corto la flor en un hábil movimiento y esta dejo de tener su característico color azul fluorescente a un marchito marrón - No necesitas saber lo ocurrido pero el si necesita olvidarlo - Frisk estaba perpleja no sabia que contestar, como reaccionar o que pensar, Muffet le acarició la cabeza en un gesto comprensivo. - Dale tiempo, el tiempo todo lo cura... - hizo una elegante reverencia como despedida y se marchó. Frisk se sentó donde antes estaba la otra y se dejó caer sobre el oscuro suelo mirando el techo. Había algo, algo que le dolía al pensar que alguien había estado dañando a Sans. Era algo extraño que oprimía su pecho al saber que otra humana lo había dañado, si tan solo hubiera estado ahí... Trató de calmarse cerrando los ojos, pero al poco sintió una presencia cernirse sobre ella. Sentía aquella esencia llegar a su nariz y no le hacía falta abrir los ojos para saber quien era.
- ¡Bu! - Sans comenzó a hacerle cosquillas mientras ella reía y se retorcía sin parar.
- ¡Para! ¡para! - entre risas trataba de atrapar las manos del otro que reía también al ver la escena.
- No voy a parar te ves graciosa moviéndote así. Pareces un pez fuera del agua. - Finalmente paró y se se dejó caer al lado de ella mirando el techo también. - Que lejos estabas...
- No tenias porque venir por mi, huesos perezosos, estaba a punto de volver ... - Frisk se giró tumbandose encima del otro sentía la necesidad de estar con el. Era extraño era un esqueleto pero su cuerpo era cálido y blando.
- ¿ACALCIO querías volver sola? - La mano del esqueleto se posó en la cabeza de la chica.
- Vine sola no esperaba encontrar a nadie
- PERONÉCESITAS compañía, todavía no estas recuperada - Sans se reía de sus propios chistes haciendo tambalear a la chica que estaba sobre el.
- Hoy estas de buen HÚMERO - Sans levanto la cabeza mirando a la otra con una gran sonrisa y ambos estallaron en risas que resonaban en toda la estancia.
- Siempre estoy de buen humor - de que ambos quisieron darse cuenta la chica se había situado entre las piernas del otro apoyando su cabeza bajo el cuello. Sans la atrapó entre sus brazos agarrándola con bastante fuerza. - Siempre que estés cerca - casi un susurro imperceptible pero Frisk pudo escucharlo.Que sentir más cálido. Algunas piezas comenzaban a encajar. La tal Chara había dejado herida. Se alzó un poco y depositó un pequeño ósculo en la mejilla del esqueleto. No sabia que decir o como reaccionar pero ese pequeño detalle parecía relajar al otro que permanecía con los ojos cerrados. Decir que casi parecía muerto era gracioso en muchos sentidos. Realmente estar a su lado era una necesidad que le asustaba, Frisk nunca había dependido de nadie pero eso estaba cambiando.
Al poco tiempo de esta en esa protectora posición Frisk se levantó y comenzó a caminar lentamente.
- ¡Vamos huesos flojos! No vamos a llegar nunca a casa si nos quedamos aquí - Esta rió viendo como Sans rodaba cual croqueta y sin darse cuenta retrocedió apoyandose en una flor, Sans salto inmediatamente poniendose en pié espantado pero ya era tarde.

"Chara, te amo"

Aquellas palabras fueron como un mazazo, Frisk comenzó a temblar mientras sus ojos se inundaban y el otro trataba de alcanzarla. Pero ya no se dejó alcanzar, sin tiempo para pensar lo único que pudo hacer fue correr lejos dejando al otro todo lo atrás que pudiera. No quería que la viera llorar sin siquiera saber ella el motivo, no quería preguntas sin respuesta.

Undertale : Diez Años Donde viven las historias. Descúbrelo ahora