extra 2

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Sans dormía hacía rato cuando Frisk entro a acostarse. Últimamente se había vuelto costumbre dormir juntos y como hoy no era diferente sintió a la chica acurrucarse a su lado. El clima de Snowdin era frío pero ella siempre se quejaba del calor que le daba el esqueleto y hoy parecía haber decidido remediarlo. Sans paso su brazo por debajo de la chica y paseo su mano por el cuerpo de esta.  Cuando llego a sus caderas tocó su piel. Sans abrió los ojos de par en par ¿no llevaba más ropa? El solo imaginarlo lo acalorada, temeroso palpo más confirmado lo dicho, apenas llevaba una camiseta y la ropa interior. La chica se movió, quedando entre las piernas del otro apoyada sobre su estómago, poniéndolo en una comprometida situación sentía todo el calor desbordante y luchaba por tener más autocontrol. Pero fue inútil pues en un movimiento de la chica sintió su virilidad reclamar, por suerte Frisk parecía dormida. Con algo de brusquedad por la urgencia se escabullia dejando a la chica dormida sobre la cama.
Hacia tiempo que la cercanía de Frisk había ido destruyendo su autocontrol y cada vez era más evidente y más dificultoso de ocultar. No era que no quisiera tener relaciones con la muchacha, pero parecía tan pura... No quería manchar aquella pureza.
Suspiro excitado entrando en el cuarto de baño. Solo pensar en algo obsceno con la chica lo hacía hervir, deseaba ver hasta donde seguía con la inocencia de ella. Bajó sus pantalones entre excitado y avergonzado por aquel comportamiento tan impropio de él, comenzado con el trabajo apoyado contra el lavabo.
Poco tiempo había pasado cuando se percató de los ojos curiosos que lo escrutaba desde la oscuridad.
- Kiddo... Yo no... - Paró a pesar de la necesidad primaria.
- Podrías haberme llamado si necesitabas mi ayuda. - Sans no sabía si reír o llorar pues toda la pureza que parecía rodear a Frisk había desaparecido de golpe, ahí mirando desde la oscuridad con sus mejillas coloradas, seguramente moría de vergüenza pues su voz apenas era un susurro ahogado.
- Todavía estás a tiempo - jadeo ligeramente con media sonrisa mientras la otra se acercaba tímidamente. - ¿Que pretendes hacer? - Frisk quedo mirando entre nerviosa y dubitativa, seguramente ni siquiera habría considerado que el tuviera semejante órgano cuando no poseía ningun otro.
- Guíame -Pedia finalmente apartando la mirada a un lado. Sans cogió una de las manos de la chica y la coloco con cuidado comenzando a guiarla con sus propias manos. Su tacto era extremadamente agradable, sus manos relajadas pequeñas y suaves.
- Hazlo así, con cuidado.- Frisk parecía terriblemente avergonzada y se tapaba parte de la cara con la mano sobrante - N-No seas brusca.
- ¡P-perdón! - se excusó ella corriendo parecía asustada de esa posibilidad
- No te asustes -  Sans jadeo otra vez y se apoyó con una mano en el hombro de la chica. Sus piernas temblaban ligeramente. La chica rió sonrojándose más de lo que lo había echo nunca.
- Heh te avergüenzas así cuando has sido tu la que ha venido a mi - a pesar de todo la mano de la chica con paraba. Sans estaba sonrojado con su característico azul, todo su cuerpo estaba húmedo y sentía su éxtasis cercano.
- No me lo recuerdes calavera hueca - Sans se dobló sobre si bruscamente, apretando el hombro de la chica al notar los hombros de la chica al notar los labios de esta presionar    su hueso púbico.- ¡te he echo daño! ¡perdón!
- No, no. Es solo que no lo esperaba. Es una zona sensible kiddo - Frisk acarició el hueso y Sans dio un pequeño espasmo - Kid-Frisk aparta - las deliciosas contracciones lo obligó a arrodillarse apoyando su cabeza en el hombro de la chica con un gemido ahogado de placer expulsaba aquel inexplicable líquido manchando su mano. Giro la cara pegando su boca al oído de la chica - Heh... Me dejas hambriento de ti
- ¿eh? ¿EEEEEEHHHHH? - Quizás eso era demasiado por el día pues esta reaccionó sorprendida de mas. Limpio sus manos, se recolocó su ropa y acarició la cabeza de la chica, sintiendo en u osamenta aquella sensación tan placentera mezclada con el aroma de Frisk.
- Shhhh no grites, es una broma - cogió a la aturdida chica en brazos dirigiéndose a la habitación. Al entrar miro la hora, era tarde... O temprano quien sabe. Frisk se había acurrucado sobre el y este solo se dejó caer sobre la cama, el aliento de ella chocaba contra su cara. Se sentía como si ahora estuvieran más unidos de una manera o de otra y eso lo llenaba de determinación... Y una inmensa vergüenza que lo agolpaba de repente al recapacitar sobre lo que acababa de hacer. ‹Esto es peligroso si no quieres ser decorada› con ese último pensamiento y la imagen del angelical rostro de Frisk dormida queda ver también sumido un dulce sueño.

Undertale : Diez Años Donde viven las historias. Descúbrelo ahora