extra 3

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Hoy era el día, estaba cansada de ser la “dulce y tierna ” Frisk. Esa chica tan “pura” que Sans apenas se atrevía a tocar. Hoy iba a dar el paso y para eso se había estado preparando.
Previamente había arrebatado la chaqueta del esqueleto, Sans siempre se la quitaba sin pensarlo dos veces y ella contaba con ello poniendosela sin nada debajo.
Una pequeña sonrisa se dibujo en Frisk al escuchar los enojados pasos del esqueleto. Se tumbó en la cama fingiendo dormir.
- ¡Frisk! - Sans entro cerrando la puerta a su paso - ¡Cuantas veces te he dicho que no me quites la ropa! - tal y como había predicho Sans estiró descubriendo el cuerpo de la chica totalmente desnuda. Este quedo mirando e inmediatamente comenzó a sonrojarse. Antes de que huyera estiró de él tirándolo en la cama, rápidamente esta se sentó sobre su pecho.
- A que te está cambiando el humor - Trato de soñar lo más sensual que pudo, los nervios le delataban
- Frisk no - Sans comenzaba a sonar apurado, estaba empujándolo hacia donde quería
- ¿quieres pasar un buen rato? - Se recostó un poco más
- Confía en mi porque tu no quieres esto - Frisk lamió las vértebras del cuello del esqueleto y este apretaba los puños con fuerza pero sin defenderse
- Podrías haberme quitado de encima - se levantó un poco quitando la camiseta del esqueleto, su alma brillaba con fuerza demostrando el deseo que trataba de esconder.
- ¡Frisk! - Sans se removió incomodo y por el rabillo del ojo Frisk pudo ver el demandante motivo. La situación avanzaba. - Ya es tarde para arrepentirse - Su ojo brillo en aquel momento y Frisk quedo paralizada por aquella aura azul. - Ya es muy tarde - Su sonrisa se tiñó de lujuria y comenzó a lamer todo el cuerpo de la chica, desde el cuello fue bajando lenta y sensualmente.

Sans sujetaba a la chica con su aura mientras con su lengua bajaba a una zona peligrosamente sensible. Con cuidado lamía asta el más íntimo de los lugares de la chica que había quedado sin habla. Levantó las pupilas mirando a la chica que a pesar de no decir nada parecía aterrada, sus labios estaban cerrados con fuerza igual que sus ojos.
- Frisk... Ves como no estas lista - retiró el aura y se dio la vuelta tratando de calmarse.
- S-Sigue - Hasta la voz le temblaba pero esta dispuesta a seguir. Todavía no comprendía el motivo.
- ¿Segura? Estas asustada - acarició un mechón de la chica, se sentía culpable por lo que todavía no había hecho.
- Si - Sans la beso y le ofreció los dedos
- Lamelos - Frisk obedeció y sin rechistar comenzó a pasar su lengua los los dígitos del mayor que con solo mirar se retorcía sintiendo urgente la situación. Retiro su mano con cuidado y comenzó a juguetear en la entrada de la chica.
- Voy a entrar - una de las piernas de la muchacha se apoyó en su hombro temblorosa y esta se tapó la cara con la almohada cercana. - Déjame ver tu cara - la demanda del esqueleto era ignorada mientras hacía círculos en su interior. Metió otro dedo y sintió el espasmo de la chica mientras hacía movimientos de tijera - Si no te veo no se si lo hago bien - saco sus dedos mientras bajaba su propia ropa con un pequeño jadeo. - ¿Preparada? - Paso su mano por el costado de la chica disfrutando de aquel pequeño cuerpo y sugetó la esquina de la almohada. La penetró con cuidado y se echó sobre ella arrancando el objeto de sus manos. - Estas preciosa - una lágrima escurrió por su rostro y Sans la lamió - No me voy a mover hasta que deje de doler, no te asustes - Las manos de la chica pasaron con cuidado por la espalda del mayor y escondió su rostro en él pecho le este que reía viendo el gesto - Sin la ropa no tienes donde esconderte - rió sintiendo aquellas temblorosas manos sujetas a sus viejos huesos.
- Estúpido - murmuraba agarrándose más fuerte
- Tu eres la de la cabeza hueca - aquella réplica fue ignorada
- Muévete... - Con lentitud comenzaba siendo seguido por la chica. Era cálida Y estrecha, un sueño cumplido para las fantasías del esqueleto.
Los pequeños jadeos y gemidos ahogados por la mano de la chica, esa mirada perdida en el éxtasis, esa pequeña le tenía perdido. Era su fortaleza y perdición a la vez.
La chica se estremeció entrando en éxtasis estrangulando intermitemente su miembro. Su rostro era totalmente erótico para el otro.
- Fr-Frisk, este es mi limite - Salió de ella a prisa justo para su éxtasis que manchó a ambos. - Oh vaya... Perdón - reía acariciando los húmedos mechones que cubrían a la chica, esta sonreía algo avergonzada, aunque más bien parecía querer ser tragada por la tierra. Parecía querer esconderse pero a la vez sonreía.
- Sans...
- ¿que? - Frisk se había escondido entre las mantas y almoadas
- Me voy a duchar...  - La chica volvió a colocarse la chaqueta salió del lugar. Entre pequeñas risas, quien le iba a decir a Sans que esa inocencia no era de la que se perdía.

Undertale : Diez Años Donde viven las historias. Descúbrelo ahora