Capitulo XXXIII

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Gire la llave de la bañera y comencé a desvestirme frente al espejo mientras esperaba que el agua se templara. Mi reflejo demostraba lo agotador que había sido el último mes para mí, pero mi cansancio era más del tipo emocional. No había rastros de aquella chica confiada que había solido ser en algún momento, había perdido bastante peso y los círculos negros bajo mis ojos eran cada vez más notorios, pero lo que más me sorprendía era mi mirada perdida que no tenía ningún brillo en absoluto y si era cierto que los ojos eran las ventanas de alma, los míos reflejaban un alma oscura y perdida...

Una vez dentro de la ducha me senté abrazando mis rodillas y la imagen de Camila vino a mi mente sin esfuerzo alguno. No era la primera vez que me sucedía eso, era algo a lo que estaba acostumbrada pero que aun así dolía como el infierno, no podía dejar de echarla de menos y me odiaba a mi misma por no poder olvidarla.

"Por favor háblame" Susurre entre sollozos a pesar de saber que aquello no ayudaría en nada; Ella no podía escucharme.

Siempre que tomaba una ducha aprovechaba aquel momento de intimidad para desahogarme y luego volver a mi habitación como si nada hubiese pasado mostrando una sonrisa forzada a mi hermana. Nadie parecía notar en la depresión que me encontraba y me preguntaba si yo era buena ocultando mis sentimientos o ellos habían decidido no preguntar cansados de mi repetitiva respuesta; "Estoy bien".

Me vestí con lo primero que encontré e hice mi camino hacia la universidad. Al llegar me encontré con mi mejor amigo guardando un asiento libre para mí.

"Pensé que no vendrías" dijo mientras me miraba a los ojos. "¿Has estado llorando otra vez?"

Al parecer era el único que notaba esos cambios en mi rostro, nos habíamos acostumbrado tanto a estar cerca el uno del otro que nos conocíamos a la perfección. "Si..." Suspire profundamente.

"Me gustaría que ella fuera un chico para poder golpearla" Expreso con demasiada seriedad y yo comencé a reír.

"Eres el mejor" solté intentando concentrarme en la clase. Mire la fecha en mi celular e involuntariamente un numero vino a mi mente.

47 días. Lo escribí en la hoja sin ni siquiera pensarlo y volví a suspirar audiblemente. Esos días eran los que llevábamos sin hablar y no sabía cuánto más iba a poder soportar esto. Antes de conocer a la castaña nunca había entendido el concepto real de la angustia pero podía sentir como mi corazón se rompía un poquito más cada día que llevaba sin saber de ella.

Las siguientes horas de clases fueron una tortura, mi ánimo estaba por el piso, tal vez un poco más que otros días y escuchar a Thom decir que mi dolor se iría con el tiempo no ayudaba en nada; El tiempo era lo que menos estaba jugando a mi favor, cuanto más pasaba, mas lejos de ella me sentía, y sin poder dejar de pensarla me resultaba más difícil olvidarla.

"¿Quieres ir a cenar conmigo hoy? Necesitas salir Laur, no puedes pasar cada maldita noche llorando cuando sabes que ella está siguiendo con su vida" Dijo Thom tratando de que las palabras no sonaran duras pero solo envió otra punzada a mi corazón, no necesitaba un recordatorio constante de que ella podía olvidarme cuando yo no.

"Tal vez otro día" Le di un beso en la mejilla y me aleje.

El único lugar en el que me sentía cómoda era en mi habitación, más precisamente en mi cama, rodeada de almohadas a las cuales abrazar y con Larry, el osito de peluche que ella me había regalado, al cual me había aferrado como si fuese Camila. Lo único que necesitaba era desaparecer y estar alejada del mundo que no parecía darse cuenta por la situación dolorosa que estaba pasando, todos seguían con sus vidas y me preguntaba cuándo iba a lograr salir de este agujero negro en el que me encontraba.

Someday maybe (Camren fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora