Para lo que reste de esta vida

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Chricky

Ricky

Era ya muy tarde y tenía a un Chris algo pasado de copas junto a mi acariciando mi mejilla en medio de un beso que sólo sabía a alcohol, no me molestaba el sabor, pero si las obvias ganas que le ponía al beso.

Logre separarme de el y analice la situación, todos estaban en sus mundos, así que tome a Chris y lo saque del lugar viendo como la última fase del plan se ejecutaba por si sola, aguante una carcajada por la actuación de Vic y me fui del lugar luego de una corta discusión con mi novio sobre quien conducía, la cual gane pues ya el muy idiota veía 3 dedos cuando sólo le había mostrado uno.

Apenas entre a nuestra casa lo primero que sentí fueron sus labios atrapando los míos como si quisiera devorarlos y el sonido de la puerta cerrarse detrás de mi, sus brazos al rededor de mi cintura y su erección exageradamente marcada.

Subí mis piernas hasta enredarlas en su cintura, me tomo de las nalgas, las cuales apretó con fuerza y a paso lento me llevo hasta nuestra habitación, me dejo sobre la cama con cuidado y se separó al fin de mis labios

-Desnudate -Dijo esa única palabra que heló toda mi mente, asentí algo nervioso y me levanté de la cama, el se recostó de ella mirándome con sus ojos cargados de lujuria y cumplí su orden lentamente, mirando como mordía su labio inferior, acción que no hizo más que exitarme aún más de lo que estaba

Me agache para terminar de bajar mi pantalón y quitar mis zapatos, más cuando quise volver a levantarme su mano en mi cabeza me lo impidió, no me había dado cuenta de en que momento se sentó, con sus piernas abiertas a los lados de mi cabeza.

-Creo que las palabras no son necesarias, amor -Dijo con una sonrisa entre macabra y lujuriosa mientras se quitaba su cinturón, me atreví a mirarlo a los ojos, los cuales me observaban impacientes -Ya sabes que hacer.

Lamí mis labios mojandolos más de la cuenta para luego morder el inferior, coloque mis manos detrás de mi espalda y con movimientos lentos acerque mi boca hasta el botón de su pantalón, el cual abrí con facilidad usando mis dientes, los cuales también use para bajar lentamente su cierre. Le di una lamida lenta, pero extensa a su miembro sobre sus bóxers deleitandome con el sonido de su garganta emitiendo un gruñido, el cual me invito a seguir con mi cometido.

Di varias lamidas iguales a su miembro para luego atrapar ese bulto entre mis labios y succionandolo con poca fuerza, luego con la única participación de mis manos baje sus bóxers y su pantalón con fuerza, haciendo que su miembro botara elevado, dándome un espectáculo único, algo gracioso pero no menos provocativo.

Volví a colocar mis ojos hacia los suyos, al notar que no los despegaría de mi, volví a bajar mis manos y con maestría metí ese miembro palpitante en mi boca, bajándola hasta la mitad de este -el cual era monstruosamente largo y ancho- sosteniendo su mirada con la mía.

Con un movimiento largo, pero lento, lo saque de mi boca y volví a engullirlo, cerrando un ojo por la presión que ejercía, para más tarde mover mi cabeza sobre este como un poseso, endulzando mis oídos con sus poderosos gruñidos de placer, placer que YO le propinaba.

Tomo mi cabello con fuerza, manteniéndome cerca de la base de su miembro marcando su propio ritmo, mientras yo me encargaba sólo de hacer presión con mis mejillas internas y de estimular mi esfínter con movimientos suaves ignorando la atención que demandaba mi propio miembro.

No paso mucho tiempo para que despegara mi boca de su palpitante verga, en la cual pude apreciar un hilo de saliva que conectaba con mi boca, el cual se rompió cuando el me elevo del cabello para tomar mi cintura y sentarme sobre sus piernas, clavándomela sin aviso alguno y generando un agudo grito de mi parte.

Me aferre a su cuello mordiendo mi labio inferior con mis ojos totalmente cerrados con toda la fuerza que podía tener en ellos, mientras el mordía mi cuello y hacia círculos al rededor de mi espalda baja sin moverse, acción que yo mismo cumplí luego de un par de minutos en donde empece a dar pequeños saltos sobre su pene, gritando a todo lo que mis pulmones daban, hasta que en algún punto me sentí tocar las puertas del cielo, soltando un grito de placer que me salió desde lo más profundo del alma me corrí entre nuestros cuerpos, dejándolos aún más pegajosos.

Escuche como se reía de mi ¿y como no? Ni si quiera me toque y termine antes que el, claro que no falto mucho para que lo hiciera dejando mi interior lleno y quizás igual de pegajoso que el resto de mi cuerpo.

-Eres más salvaje cuando te emborrachas -Dije mientras el me recostaba y acariciaba mi cabello con ternura.

-¿En serio? -Sonrió pícaro deslizando su dedo hacia mi mejilla, haciéndome reír por lo lindo que se sentía -y las cosquillas también-.

-Sip -dijo quitando su mano de mi cara y rodeando mi cintura con su brazo -Te amo enano.

-Y yo a ti gigantón -Reímos juntos por nuestro ápodos mientras caíamos en el abismo del sueño, más no sin antes tener nuestro diálogo de todas las noches, el cual se repetía sin importar su estado de ebriedad -¿Me amaras igual por siempre?

-por siempre y para siempre.

-¿Para lo que quede de vida?

-Para lo que resté de esta vida, y si es posible, de las siguientes también.

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TERMINE ESTA MIERDA NOJODAAAAA

SOY ES YO

MARDITA SEA SOY YO

ME AMO

SOY UN PIPÍ

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