—¿Dices que te dejaron afuera del departamento y se fueron?
Me limité a asentir con la cabeza ante la interrogante de mi amiga.
—Me alegra que hayas llegado bien, me asusté bastante anoche cuando no te ví en ninguna parte del bar.— Comentó mientras se llevaba una rebanada de pizza a la boca.
—Lo siento, Marie...Oh, Damon
también dijo que podíamos ir a verlos ensayar alguna vez.
—Vaya, ¡Eso es genial!— Sabía que le iba a agradar la idea, después de todo ¿A quién no le gusta la música en vivo?
—Sí, me dio su número de teléfono, pero no estoy segura de llamarlo. Lo más probable es que no me recuerde, ni siquiera le dije mi nombre.Marí se palmeó la cara, pero ya me conoce hace tantos años que sabe que no tengo remedio. Así que acabó por convencerme de que llamara de todas maneras y que aprovechara para presentarme.
Marqué el número, el tono ya había sonado al menos unas cuatro veces y estaba por cortar, pero entonces alguien contestó.
—¿Hola?—Era la voz de Damon, la reconocí en seguida.(No me culpen, el chico tiene una voz que no se olvida con facilidad.)
—Eh, hola. Soy...—Titubeé un poco antes de contestar—La chica que llevaste anoche a su apartamento, no sé si me recuerdes.
Se tomó varios segundos para contestar y casi me entró el pánico.—Uhm...¿La que no se fía de los desconocidos?— Me pareció oírlo bostezar, mierda, seguramente lo había despertado con mi llamada.
—¡La misma! Perdona, creo que interrumpí tu siesta...
—No te preocupes, de todas maneras ya estaba por levantarme a preparar algo de comer. ¿Al final viste a tu amiga?
—Sí, está todo bien con ella.
—Genial, el Miércoles vamos a ensayar en mi casa, ¿Quieren venir?
—Claro que sí.Me dijo la hora y me dio su dirección, la cual anoté en una pequeña libreta que siempre tengo a mano, luego de eso nos despedimos. Y nuevamente no le había dicho mi nombre.
<<¡¿Cuál es tu problema cerebro?!>>
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Los siguientes días transcurrieron normales, aunque el Lunes me pareció más lento de lo habitual, ha de ser porque no me agrada.
Por las mañanas trabajo en un café y en las tardes estudio, aunque eso es solamente tres veces por semana, mis padres me ayudan a costear el Instituto, los otros gastos tengo que pagarlos por mi misma.
El lugar en el que vivo no posee grandes lujos, pero al menos es cómodo y está cerca de la cafetería, con eso me basta.El Miércoles a eso de las diez de la mañana Marie pasó por mi trabajo para avisarme que no podría ir conmigo a ver el ensayo, tenía mucho que hacer para la Universidad y poco tiempo en el cual realizar todo.
Eso significaba una cosa: no iba a ver ni su sombra en lo que restaba de semana.Ahora me encontraba frente al espejo terminando de cepillar mi cabello, en esta ocasión había optado por dejarlo suelto, como es lacio no tengo que esforzarme tanto.
Me puse unos jeans ajustados, una blusa a rayas blanco c/ negro, sobre ésta una chaqueta de denim y por último mis converse negras.
No quería aparecerme tan temprano por la casa de Damon, así que salí de mi casa a la hora en que supuestamente empezaría el ensayo, más o menos tardé unos quince a veinte minutos para llegar a donde él vivía.No tuve problemas para dar con la casa, pero cuando ya me encontraba afuera no tuve el valor para tocar el timbre en seguida, de hecho, me quedé de pie como tarada por al menos unos cuantos minutos observando la puerta.
<<¿Qué estoy haciendo? Si me ven los vecinos van a pensar que estoy loca.>>
En ese instante la puerta se abrió y me encontré de frente con el bajista, Alex creo que se llamaba. Su cara de consternación cambió en seguida por una sonrisa amable.
—Ah, ¡Hola!
—Hola— Contesté al saludo igual de sonriente, aunque por dentro me sentía un poco nerviosa, quien sabe por qué.
—Pasa, adentro está Damon, siéntete como en tu casa.
—Gracias.— Me adentré sola en la casa, porque Alex simplemente me dejó ahí y se fue.
Caminé hasta donde deduje que estaría la sala de estar, allí se encontraba Damon sentado sobre uno de los sillones parecía bastante concentrado en un cuaderno que tenía en sus manos, aún así oyó mis pasos.—Creí que ibas a ir por cigarrillos.— Dijo sin levantar la vista del cuaderno.
—Hmm, la verdad no me gusta fumar, a menos que sea marihuana.
Alzó la mirada al instante para encontrarse con la mía.—Hola.
—Hola, disculpa. Pensé que eras Alex.— Se rascó la cabeza despreocupadamente entre tanto ensanchaba una sonrisa.Aquel pequeño gesto me hizo pensar, que no me molestaría para nada que me siguiera cofundiendo con Alex. No mientras siguiera sonriendo de esa forma.
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Mr.Brightside
Fanfiction"Su sonrisa distaba de ser perfecta debido a que sus dientes estaban un poco chuecos, aún así me pareció bastante atractivo, y no lo atribuyo al efecto de la marihuana..."