6

3.7K 615 20
                                    

Hoy es el inicio de una gran semana, mamá se ha ido para Suiza, la embajada ha solicitado su presencia inmediata. Quizás todos estén tristes, pero yo no, me alegra que se haya ido, así descansaré de escuchar su voz y aguantar sus muestras de afecto.

Pero deberé mantenerme al margen, actuar como los demás y encerrarme, no quiero crear problemas con mi familia, ni mucho menos con mis demás hermanos. Casi solté un grito al momento de sentir una arcada dentro de mi garganta, presentía que iba a derramar sangre por mi boca, el sabor metálico se sentía en mis papilas gustativas, corro desesperado hacia el baño para vomitar, pero al momento de verme en el espejo puedo apreciar mi rostro, aún conservo el moretón que me dejo Ian en el ojo, pero lo ignoro, no me importa, eso me hace sentir más saludable, saber que puedo tener moretones y que luego se pueden sanar con rapidez.

Me acerqué al inodoro, presintiendo que de mi boca saldría sangre podrida y putrefacta, pero al momento de vomitar, sólo observo saliva mezclada con jugos gástricos. ¿Cómo es posible?


Mikaela ©  | Libro #5 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora