Capítulo 3: Creciente temor.

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—¿Otra vez, Akashi? —el hombre de lentes retiró la vía del brazo de Akashi ya que el suero se había acabado—. ¿Cuántas veces te tengo que repetir...?

—Que no me trasnoche, que desayune y cene bien, que no me crea absoluto... muchas, Shintaro. Demasiadas para contarlas.

Kuroko observaba desde una silla junto a la pared como Akashi y el doctor Midorima, que se podía ver tenían una relación cercana, "discutían". Pensaba que solo iba a dejarlo e irse de vuelta a casa, de vuelta a...

—Kuroko —la voz de Midorima lo sacó de sus pensamientos—, siento pedirte que lleves a Akashi a su casa pero no confío en que su salud este del todo bien.

—Descuide, Midorima–sensei.

—Shintaro, no abrumes a Tetsuya con esta pequeñez.

—¡Tu salud no es una pequeñez! —a Midorima parecía brotarle una vena en la frente—. Firma esto y podrás irte a tu casa.

Akashi tomó la carpeta en donde estaba el documento del alta, firmó y se lo devolvió a Midorima. Acomodó la manga de su camisa y salió de la habitación. Kuroko se despidió con una reverencia de Midorima y siguió a Akashi que aún se tambaleaba al caminar.

—Qué vergüenza, ser ayudado por un niño —refunfuño con una sonrisa mientras se apoyaba en el hombro del peli celeste.

—No soy un niño —trató de mantener su expresión neutra pero ese pelirrojo le molestaba—. Tengo dieciséis.

—Sigues siendo un niño.

Kuroko sintió el cálido aliento de Akashi contra su oreja, se estremeció e instintivamente giró su cabeza hacia otro lado. Akashi sonrió ante ese acto.

—Un auto vendrá a buscarme así que no es necesario que me escoltes a casa, aunque no sería una mala idea —Kuroko frunció el ceño, estaba a punto de contestarle a Akashi con palabras impropias de él hasta que el mismo pelirrojo lo detuvo—. Nee, Tetsuya, ¿conoces a Nijimura? ¿O, mejor dicho, a Reo?

La piel de Kuroko adquirió un tono demasiado pálido, como si hubiera perdido toda su sangre. Ese hombre era un cliente, no había duda.

—Señor, yo...

—Shh —Akashi colocó uno de sus dedos sobre los labios del más joven—. Esto no es algo que debamos hablar en vía pública, Tetsuya. ¿Por qué no me acompañas y lo discutimos en privado?




Reo despertó de una pesadilla, sudado, hiperventilando. Restregó sus manos contra su rostro pero las imágenes seguían allí, escondidas tras sus parpados. Tetsu–chan se iba, lo abandonaba, era arrastrado lejos por esas sombras y jamás volvería por él.

Su corazón se encogió dolorosamente, era un mal presentimiento. Se levantó rápidamente y corrió hacia el pasillo en donde estaba el teléfono. Marcó el número del celular de Kuroko, temía que algo le hubiera pasado o que ese hombre le hubiera hecho daño.

¿Hola?

—Tetsu–chan, soy yo —se sintió aliviado de escuchar su voz, estaba bien.

¿Reo–kun, que sucede? ¿Ocurrió algo malo?

—No, no es nada. Solo... quería escuchar tu voz —sus mejillas se tiñeron de rojo y rápidamente trató de excusarse, había sonado muy infantil—. S–Sé que nos vimos esta mañana pero quería saber cómo estabas, si te encontraste con... con ese hombre... Dime que estas bien.

I Don't Deserve You [Kuroko No Basket/Yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora