Capítulo 10|Invernadero

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La veo mantener seis dedos de distancia de mí y sonrió internamente por eso, está ansiosa lo noto en sus manos envueltas en su cintura mientras vamos a la par caminando.

—¿Te gustan las flores? —pregunto, tratando de romper el hielo.

—Los girasoles me gustan —dijo, evitando mi mirada.

—Estoy aquí, Lucy.

—Prefiero no mirarte —admite —las dos veces anteriores te comportaste como un idiota, y ahora estoy cenando en tu casa —se abraza a sí misma —no sé qué planeas con David, pero no quiero ser parte de ello, Adam.

Llegamos a la puerta del invernadero el cual tiene un código para acceder, pero claro la pequeña Hale no lo sabe por qué prefiere ver el cielo que ver que se está metiendo en la cueva del tigre. La puerta se abre para nosotros y haciéndome a un lado la dejo pasar primero girando brevemente al quiosco y ver como Melisa mantiene a los Halen entretenidos

Buen trabajo hermana

El clic de la puerta al cerrarse la hace estremecerse, pero luego se enfoca en ver el invernadero y sus ojos se agrandan.

—Esto es increíble —su voz suena ahogada y una pequeña sonrisa se forma en sus labios —tienes aves exóticas en tu invernadero —dice viendo como algunas de estas aves vuelan — y es de día aquí dentro —susurra

—Es un invernadero Preparado para mi madre —aclaró —mi padre se lo dio cuando descubrió la pasión de mi madre por las flores

—Es increíble —señala el techo —¿cómo hacen para que sea de día?

—Son Lámparas de Sodio de Alta Presión y Lámparas de Halogenuros Metálicos están mezcladas entre sí desde el techo del invernadero para dar una iluminación como si fuera de día pero sin el sol

—Eso lo puedo notar —murmura frotando sus labios —¿Tienes aire central para las flores?

—Regularmente, solo es encendido cuando vengo a regarlas debido a que el techo —señaló hacia arriba —se puede abrir para que les dé luz original del sol

—Es increíble que sepas cómo funcionan las flores —la veo caminar hasta el centro del invernadero y luego ver una puerta en el medio —¿Puedo preguntar?

—¿Ya lo estás haciendo no? —posiciono mis manos en los bolsillos de mi pantalón a la vez que ella sonríe y señala la puerta —aquí guardar tus equipos para sembrar

—No, es una habitación —sonrió viendo como se pone un poco roja —era de mi madre, actualmente la utilizo solo cuando estoy muy frustrado y necesito un momento para mí

—Supongo que las mujeres que entraron aquí salieron bien florecidas — sin poder evitarlo una carcajada se me escapa y me acerco más hacia ella la cual me mira alarmada —perdona, fue una completa falta de respeto

Mi Perdición © [Resubiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora