Capítulo 13|Dolor del bueno

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Mis piernas se tensan y mi corazón late con fuerza con cada minuto que mantengo mi posición de cabeza, las cuerdas aprietan debajo de mi trasero manteniéndome sujetada y sonrió cuando suelto la tela y caigo un poco más apoyando mis brazos en el suelo de madera del estudio que se me fue prepago por los Black.

—Tienes una técnica limpia —Melisa está apoyada en la puerta mientras sus brazos están cruzados, su traje de ballet rosado se ajusta a su cuerpo y me asombro al ver lo definido y bien cuidado que está —¿La sangre no te molesta en la cabeza?

—Te acostumbras —susurro desenredando mis piernas de la tela para levantarme lentamente —bonito cuerpo —alogio —te ves impresionante

—Desde los cinco estoy en el ballet —sonríe entrando en el espacio y sentándose en el suelo — y gracias, por el cumplido —la imito sentándome en su frente dándole la espalda a la puerta sus piernas se abren para luego extender sus manos hacia mí —¿estiramos?

Estiró mis piernas ajustándolas a las de ella para comenzar a estirarnos mutuamente, sus piernas empujan mis muslos hasta el punto que estoy abierta despatillada en el suelo, el breve dolor a causa del tiempo sin estirarme me hace maldecir por lo bajo ante de inclinarme posando ambas manos en sus muslos y empujo haciendo su cabeza se inclina hacia atrás mientras gruñe una maldición por la fuerza con la que empujo ambas piernas.

—¡Que mierda hacen! —el grito de Adam detrás de mí me hace girarme un poco y verlo con un café y panecillos en sus manos—es mi maldita hermana Halen —se encamina hacia nosotras a paso rápido y se detiene al ver que solo estoy estirando los músculos de su hermana —Dios, voy a quedar loco con estas mujeres —susurra para sí mismo.

—¡Que estabas pensando! —Melisa sonríe sin perder su postura —esto es increíble ¿lesbiana? ¿Yo? Me ofende muchísimo tengo buen gusto en los hombres querido

—Eres una bendita escuincla ¿qué mierda puedes saber de hombres?

—Me gusta tu mano derecha —lo dice como si fuera normal esta conversación entre ellos y que está enamorada de alguien quince años mayor que ella —¿dónde esta Scott?

—Escucha necesito hablar de él contigo —su hermano se agacha dejando el café y panecillo frente de mí para luego volver a centrarse en su hermana —necesito que te tomes esto con madure y principalmente como una Black.

—¿No se me permite un momento de histeria? —niega mientras señala mi desayuno —cómelo, son los mejores de California, son exquisitos calientes.

—Gracias —le hablo por primera vez al hombre atractivo a mi lado el cual solo me mira desde arriba —¿qué haces aquí?

—Melisa me dijo que te trajera desayuno, pero creo que será más como un almuerzo, son las doce del medio día y están aquí desde temprano tengo entendido por mi chofer.

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⏰ Última actualización: Aug 19 ⏰

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