Capítulo II

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Era temprano, desayunàbamos mamà, papà y yo. Veíamos la televisión mientras por otro lado conversábamos muy agusto de temas diversos. Mis familia completa esperaba afuera para entrar, hoy era el cumpleaños de mi tía Elena, cumplía 52 años tan linda.

Para eso decidimos hacerle una fiesta sorpresa en mi casa, ella trabajaba como enfermera en el hospital de la ciudad y vendría en la noche. Ayudamos entre todos con los arreglos y tuve que irme a la universidad.

Tomo el autobús, iba lleno asique me agarro del barandal para no caerme. Al frente de mí unas mujeres de avanzada edad hablaban sobre las noticias entre ellas hablaron de una enfermedad que al morir cualquier persona revivía pero esa persona se volvía brutal y ofensiva, su piel tenía un color oscuro y los especialistas no sabían que era lo que estaba pasando.

Me quedé pensando en esa charla cuando las dos mujeres se bajaron y me senté ahí, otra persona se sentó a mi lado. Como era posible que un muerto resusitara y que su personalidad cambiara tanto. Solo espero que encuentren una cura de inmediato antes de que toda la población se alarme.

Decidí colocarme mis auriculares para tratar de disfrutar el camino. Pasamos por el hospital de la ciudad, mi tía debía de estar trabajando ahí y no ha mencionado nada sobre esa noticia talvés sea un cuento de mal gusto.

Cuando ya llegaba a mi destino, me levanto apartando y guardando mis auriculares metiéndolos muy bien en mi mochila. Apreto el botoncito para que pare el trabsporte, se abre la puerta trasera y bajo con otras màs personas que iban detràs mío.

Camino una cuadra màs y llego a la puerta principal hasta que ví un cachorrito caminando solo, no podía abandonarlo, soy de esas personas que cuando ve a un perrito donde sea siempre quiere llevàraselo a casa de una u otra forma.

Trato de acercarme lo màs despacio que puedo para no asustarlo, le acaricio la cabeza y se me paega fàcilmente. Sin hacer ruido de mi mochila saco un pedazo de carne mi almuerzo para dàrselo. De inmediato escucho el nombre de alguien y el cachorro sale despavorido a aquella dirección, el pequeño tenía dueño y se llamaba Bobby.

Miro el reloj de mi muñequera, mierda. Faltaban dos minutos para las 8 de la mañana, si llegaba tarde el maestro Wilson no me dejaría entrar, la última vez llegue tarde asique me hizo jurar que para la próxima llegaría dos horas antes, que irónico.

Decido correr entrando y desde lejos veo al maestro entrando a clase. decido correr como sea y por fin llegar golpeando la puerta, espetaba su buen corazón para dejarme entrar otra vez pero no es así.

Al abrirme la puerta baja sus anteojos a su nariz, me veía penetrantemente que me incomodaba.

-Buenos día señor Wilson-
Digo finjiendo una sonrisa.

-Buenas noches señorita Snyder llega tarde otra vez-
Apoya su mano el la puerta.

-Le juro que llegué puntual pero me distraje un poco. Por favor me dejaría pasar?-
Digo suplicante.

-Ya hablamos de esto la anterior clase señorita Snyder. Me juro nunca màs llegar tarde y ahora son-
Miró su reloj.

-Las 8 con 2 minutos-
Me mira y sonrie levemente.

-Mire.... no la voy a dejar entrar así son mis reglas y si no quiere cumplirlas tendrà que repetir mi materia para el siguiente año. He dicho muchas veces que el que quiera atrasarse no lo piense dos veces y lo haga-

-Pero señor Wilson yo-

-Pero nada, no ponga excusas que ya me las sé por completo cada una de ellas. He trabajado 30 malditos años aquí para que una niña maleducada me diga que hacer. No veremos el próximo año señorita Snyder buenos días-
Se puso fuioso y cerró de a golpe la puerta haciendo que yo me asustara.

Mis ojos comenzaron a llenarse a agua, fruncí el seño y me heché a llorar. Siempre he sido una buena estudiante y no podía repetir su materia nunca en mi vida escolar había repetido una materia. Todo fue cumpla mía, no debía distraerme con cualquier cosa que se me venía al frente, soy una tonta.

Para que nadie màs me viera así, decidí ir al baño y limpiarme las làgrimas. Para mi mala suerte ahí estaba el imbécil del conserje y retrocedí para ir al de hombres no me importabq si habían ahí mucyos o pocos.

Nadie quería ir al baño con el conserje sabiendo que piensa cómo haces tus necesidades biológicas y que en su pervertida cabeza pasan un millon de cosas sexuales con tu vagina.

Prefería que los hombres me vean y no él, el conserje se le había acusado de varias violaciones contra niñas de escuela y chicas de secundaria, ahora solo necesitaba mujeres de universidad para completar su asquerosa lista de violaciones que asco, porqué el director no lo hechaba? Creo que en realidad estaba necesitado y oí por ahí que cobra barato ya me imagino el porqué.

Entro al baño de hombres por suerte no había nadie ahí y me encierro en el baño para llorar sin hacer mucho ruido, me limpio la nariz y los ojos.

Abro la puerta del baño pqra salir cuando escucho unas voces que se hacercan. Me quedo escuchando, era el puerco del conserje pero con compañía.

Cierro lo màs despacio la puerta y me subo a la taza, así no verà mis pies y ya no podrà hacerme nada.

Por un pequeño espacio de la puerta pude observar que traía a una chica desmayada, amarrada la boca. Decía cosas como:

Voy a cerrar la puerta para que nadie entre.
Así lo hizo

Ya quiero comerme ya sabes qué perra.
Comenzó a quitarse la correa de su pantalón, se baja el cierre.

Càsate conmigo en el apocalipsis [Daryl y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora