Capítulo 3

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Felicity puede sentir un nudo en su garganta.

Roy. Roy Harper. Arsenal. El chico de los arrabales que se convirtió en un héroe, dispuesto a sacrificar su libertad a cambio de sus amigos.

Era imposible. Roy era su amigo. Había llegado a apreciar tanto al muchacho.

-No- Felicity miró a Oliver, cuyo rostro estaba visiblemente afectado. -Aquí hay algo más. Tú y yo conocemos a Roy. A nuestro Roy. Es imposible que el hiciera algo así. Es nuestro amigo de quien hablamos.

Oliver la miró. Habían pasado por mucho en menos de un día.

-Voy a llegar al fondo de esto- él se puso de pie. La atrajo hacia si mismo en un abrazo. -Lo prometo.

Felicity reprimió el llanto. Volvieron a la habitación de Thea y se quedaron dormidos.

La puerta de la habitación se abrió y la doctora entró, despertando a Oliver y Felicity.

-Buenos días Thea, ¿cómo te sientes?
-Baleada- ella miró a la doctora y esbozó una pequeña sonrisa.
-Bueno, su humor es una buena señal. Le prescribirán unos medicamentos y se podrá ir. Recuerde que nada de esfuerzos y las indicaciones se las darán cuando la den de alta- Thea asintió y miró a Oliver.
-Deberíamos llamar a Lyla.
-Lo haré yo- Felicity se puso de pie y salió.
-¿Se quedó toda la noche?- Oliver asintió y fue hasta donde su hermana.
-¿Te duele mucho?
-Ya no tanto- Thea arrugó su nariz. -Tal vez sean los medicamentos. ¿Averiguaron quién era el hombre del pasamontañas?- Oliver se quedó petrificado.

No podía decirle a Thea que Roy, el chico al que ella amaba, había tratado de asesinarlos.

-No.
-Pues entonces nosotros lo haremos
Oliver besó su frente. -Tú deberías descansar. Yo haré el papeleo.

Felicity terminó de llamar a Lyla y se encontró a Oliver.

-¿Qué ha pasado con Lyla y Sara?
-Están bien. En un lugar seguro y Lyla ha vuelto al trabajo. ¿Le has dicho a Thea?
-No- Oliver se sintió acorralado. Mentirle a Thea saldría mal, pero decirle la lastimaría. Felicity lo miró. Ahora entendía porque Oliver recurría tanto a las mentiras. Era su manera, aunque incorrecta, de proteger a los que amaba.

-Lo haré, pero no ahora.
-Espero que no demasiado tarde- ella volvió con Thea.

La dieron de alta y Oliver la llevó a casa. Felicity fue a ducharse y cambiarse. Todos evadieron a la prensa a toda costa. Por la tarde, Lyla llamó a Oliver.

Aparentemente Roy había sido capturado y debido a los golpes de Oliver tenía lesiones que lo confinaban a una camilla. Roy mostraba signos vitales débiles y había estado inconsciente.

-¿Qué le harán?- Oliver se lamentaba por lo que había hecho.
-En cuanto despierte será puesto bajo custodia, interrogado, juzgado, sentenciado y procesado. Deberán rendir declaraciones.
-Quiero hablar con él. O al menos verlo.
-Les avisaré cuando despierte- se despidieron y Oliver fue a ver a Thea. Ella dormía plácidamente. Decidió dejarla descansar y fue a ver a Felicity.

Cuándo ella abrió la puerta, Oliver sintió su alma caer al suelo. Felicity llevaba una camiseta y unos mallones entallados, para hacer ejercicio. El sudor escurría por su rostro y sus mejillas estaban rojas.

Oliver se quedó bloqueado. Había perdido el aliento al verla.

-¿Interrumpo?- Felicity negó y lo dejó pasar.
-¿Y Thea?- Felicity secó el sudor de su rostro y bebió agua.
-Mejor. Los medicamentos la han hecho dormir- Oliver miró a Felicity. Estaba de espalda, recogiendo algunas cosas. Tenía el cuerpo más perfecto jamás visto.
-¿Tú ya has dormido algo?- Oliver negó con la cabeza.
-Pues debes hacerlo, ha sido demasiado por lo que hemos pasado en tan pocas horas.
-¿Y qué hay de ti?- Felicity frunció los labios. En cuanto llegó a casa se había puesto a entrenar.

For Better Or Worse. (En Las Buenas Y En Las Malas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora