5 | Chicos

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No digo nada. Ni siquiera hago contacto visual con él.

— ¿Sabes que es de mala educación no contestar cuando te están hablando? — pregunta con una sonrisa.

— No me has preguntado nada — me limito a responder.

— Vaya — resopla — ya podrían haber puesto una camarera más simpática.

Me encojo de hombros. ¿Y yo qué quieres que te diga, chaval? Esto es lo que hay.

El chico no se va, y empieza a ponerme nerviosa.

— ¿No vas con tus amigos? — pregunto para que se aleje.

— Si vienes tu a tomarnos nota si — responde — sino, me quedo mirándote hasta que me canse.

— Uh pues entonces eso va a ser rápido

— Créeme que no — dice y me mira con una sonrisa de lado.

Suelto un suspiro, miro las copas que me faltan para secar, que son pocas, y le devuelvo la mirada.

— Ve a la mesa que ahora os vengo a tomar nota.

Me guiña un ojo y se va a la mesa con sus amigos.

Lo que faltaba. Ahora tenía que llegar el típico chulo para hacerse el machote delante de sus amigos y hacerme quedar en ridículo delante de ellos, ¿no? Muy bien Megan, empezamos bien el trabajo.

Termino de secar las copas y cojo un trozo de papel y un bolígrafo que hay por aquí encima.

— Bueno — digo una vez me planto delante de la mesa de los chicos — ¿Qué queréis tomar?

— ¿Vas a tomarnos nota con éste trozo de papel tan cutre? — pregunta el chico de antes y sus amigos ríen.

Alzo la ceja confundida, no le encuentro la gracia, la verdad.

— Es que en teoría no me toca servir ahora — le digo fingiendo una sonrisa.

— Lo que haces por mí, ¿eh, preciosa?

No si más imbécil el tío éste no puede ser.

— ¿Vais a pedir algo o no? — pregunto ya cansada.

— Eh, calma leona — dice.

— Yo quiero una cerveza — se digna a hablar el rubio.

Quiera o no tengo que admitir que los cuatro son muy muy atractivos, parecen de mi edad, o uno o dos años más como mucho, y el del gorro tengo que decir que físicamente me recuerda un poco a Danny pero más rudo quizás, no sé. Solo un poco, pero lo hace.

— Que sean dos — dice el otro moreno.

— Yo también quiero una — dice el del pelo negro.

Me lo apunto y luego miro al del gorro, el cual se me queda mirando y no dice nada.

— ¿No vas a pedir nada tu? Tanto rato dándome la vara y ahora nada.

— Cálmate, preciosa — sonríe — yo quiero otra.

Asiento y me lo apunto.

— Que sepas que es de mala educación llevar el gorro puesto en recintos cerrados.

Y dicho ésto, que solo lo he hecho para tocar los cojones porque realmente me da igual que lleve gorra o no, como si quiere llevar una guitarra colgada del cuello, me voy a buscar las cervezas.

— Veo que te has lanzado a ir a tomar nota — dice Bruno acercándose — ¿Es por el chico guapo de ahí?

— Es por él, pero no porque sea guapo — digo y me alza una ceja, sin creérselo — es verdad, es que sino no paraba de molestar.

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⏰ Última actualización: Jan 08, 2017 ⏰

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